miércoles, 27 de enero de 2010

Cuando Holmes encontró a Ritchie

Cuando uno ve el tráiler de Sherlock Holmes, no sabe muy bien qué pensar. Cualquiera que, como un servidor, haya leído un par de libros sobre las aventuras del célebre detective, verá que resulta difícil reconocer en las escenas mostradas a los protagonistas de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle. ¿Sherlock Holmes y el doctor John Watson transformados en personajes de acción al más puro estilo Van Damme? Entre los vastos campos de conocimiento de Holmes se encuentran la hábil práctica del boxeo y la esgrima, de acuerdo, pero de ahí a convertirlo en un action man va un trecho. Más tarde uno se entera de que el film se basa en un cómic, y entiende un poco más lo que pasa. Finalmente descubre que detrás de las cámaras se encuentra Guy Ritchie, y decide darle una oportunidad.

Como de costumbre, el tráiler engaña. Una vez en el cine, resulta que las escenas de acción no son tantas ni totalmente gratuitas. Con eso, que nadie espere encontrar al Holmes larguirucho, con lupa y vestido a cuadros que todos tenemos en mente. Igualmente, el doctor Watson tampoco es el prototípico hombre cincuentón, más bien gordito y chafado (aunque como mínimo le han conservado la cojera). Pero si se ignora el aspecto físico y no se es demasiado tiquismiquis, se puede reconocer perfectamente a los famosos protagonistas, además de a numerosos secundarios. Para alegría del fan, se hallan presentes abundantemente a lo largo del film las agudas observaciones y deducciones del investigador que tanto furor vienen causando desde finales del siglo XIX, así como no se echan en falta los sabios consejos de Watson y la cálida relación de amistad que une a ambos personajes.

Pero no hay que olvidar que se trata de una película del genial Guy Ritchie, y por tanto en ella abundan sus señas de identidad. No faltan las peleas, persecuciones, los matones irreductibles, un sentido del humor socarrón en cada diálogo y, sobre todo, lo más característico a nivel ritchiano: un ritmo frenético y endiablado. Todo esto convierte a Sherlock Holmes en una película tremendamente entretenida. No nos encontramos ante un nuevo Snatch.Cerdos y diamantes, pero este nuevo film roza su nivel. Además la trama no defrauda. Hacia la mitad la película experimenta un ligero bajón, pero consigue remontar hasta ofrecer un final más que aceptable, en el que no quedan cabos sueltos (cosa bastante de agradecer en estos tiempos en una película de misterio).

Para acabar, cabe mencionar las notables interpretaciones (especialmente Jude Law), un gran trabajo de recreación del Londres decimonónico sucio y podrido, y, algo a lo que no suelo dar mucha importancia, una fantástica banda sonora que acompaña a esta fantástica obra de buen cine de parte de uno de los directores más frescos de la última decáda.

1 comentario:

  1. Totalment d'acord, i això que em va decebre una mica amb Rocknrolla... allò sí que eren efectes especials a diestro i siniestro.

    Gairebé sempre m'acompanyen totes les seves b.s.o.. quina gran selecció musical !!

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