tag:blogger.com,1999:blog-40732305420005997052024-03-06T04:21:09.042+01:00Poco CriterioC. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.comBlogger36125tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-67702656786196039802012-06-08T16:57:00.000+02:002012-06-08T17:02:24.023+02:00La tormenta de hielo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZGagdwt2LtJl5E_EgIuVADcNVfNTKxubPqFP4oA6gUiX0z4VK6R2QzEen6NxSfjxz0r2m9sgQVnS3LkUbGKen9weoIXrlbuECxtY6STdXsQxqm5FKwqwzpqVnvkfCO8Z004pKVSZpULo/s1600/Film_426w_IceStorm.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZGagdwt2LtJl5E_EgIuVADcNVfNTKxubPqFP4oA6gUiX0z4VK6R2QzEen6NxSfjxz0r2m9sgQVnS3LkUbGKen9weoIXrlbuECxtY6STdXsQxqm5FKwqwzpqVnvkfCO8Z004pKVSZpULo/s320/Film_426w_IceStorm.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El director taiwanés </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ang Lee</b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> toma una novela de </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Rick Moody</b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> como base para elaborar un retrato de la sociedad norteamericana de principios de los años setenta. Su atención se centra en dos familias vecinas de clase burguesa que residen en una pequeña ciudad cerca de Nueva York. </span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El principal problema que se nos muestra en el film <b><i>La tormenta de hielo</i></b> (<b><i>The ice storm</i></b>, 1997) es la dificultad que pueden llegar a experimentar los miembros de una familia a la hora de comunicarse entre sí. Generalmente suele hablarse de "falta de comunicación", pero si tomamos estrictamente el concepto de comunicación veremos que no puede haber falta de ella, pues es imposible no comunicarse. Lo que suele ocurrir, como en el caso de estas familias protagonistas, es que fallen los mecanismos para comunicarse de forma eficaz y satisfactoria. En este sentido observamos a dos familias totalmente disfuncionales, cuyos miembros no saben, no pueden o quizá no quieren comunicarse de forma eficaz entre ellos. </span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sin embargo, no es éste el único problema que sufren. Si algo caracteriza esta película, como sugiere su título, es la frialdad que reina en cada plano y en cada línea de diálogo. Empezando por los progenitores, todos parecen emocionalmente castrados. Incluso las relaciones adúlteras, que deben ser por definición apasionadas y excitantes, se caracterizan por una preocupante falta de emotividad. También los primeros tanteos de los personajes adolescentes con el sexo, el alcohol y las drogas carecen de todo sentido de la emoción. Los chavales se limitan a reproducir comportamientos que observan o intuyen en sus adultos, como tratándose de un ritual sin sentido ni capacidad de satisfacción. Incluso se niega a estos comportamientos el estatus de vehículos de placer instantáneo y efímero que suele caracterizarlos en el imaginario común. </span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ofrece <b><i>La tormenta de hielo</i></b> una desagradable constatación: no hay necesidad de sufrimiento explícito para dinamitar el sentido de la propia existencia. Simplemente el vacío, la ausencia de placer y la incapacidad para encontrarlo, son suficientes para que un sistema familiar vendido como ideal se desplome bajo su propio peso.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-50068132979736785722011-12-06T20:35:00.007+01:002011-12-07T02:40:17.707+01:00Todos malos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU9Yx4PZQbOQQ0zXeSDYgJtU63kzZdVQ0pQFMG3CsEzeFmJW8t7lcULenAAM6hSmjm8ZS4fi_mt6Q9r97q0sgdeL8Euu2Kz4K-e8kEtOT8hAPEUlmC303hYieAjF6u49Rx2Ko3CCinW_Pk/s400/_040.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU9Yx4PZQbOQQ0zXeSDYgJtU63kzZdVQ0pQFMG3CsEzeFmJW8t7lcULenAAM6hSmjm8ZS4fi_mt6Q9r97q0sgdeL8Euu2Kz4K-e8kEtOT8hAPEUlmC303hYieAjF6u49Rx2Ko3CCinW_Pk/s400/_040.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><b><i>Tropa de Élite</i></b> (<b>José Padilha</b>, Brasil, 2007) nos sumerge en un mundo que ninguno conocemos pero que de alguna forma intuimos: la lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro. Concretamente, el film se centra en las actividades del BOPE, un grupo de operaciones especiales de la policía que, actuando como un cuerpo militar, se encarga de las tareas que la policía convencional no es capaz llevar a cabo. De la mano del capitán Nascimento conocemos el funcionamiento de esta unidad, además de sus propias circunstancias personales y las de otros personajes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">La película funciona como drama policial con espectaculares secuencias de acción rodadas de forma realista, cámara al hombro, que nada tienen que envidiar a las de las superproducciones americanas. Visualmente impactante y de ritmo frenético, de hecho, está mejor rodada que la mayoría de sus hermanas del norte.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Pero lo verdaderamente intesante de <b><i>Tropa de Élite</i></b> es su contenido más que su forma. En ella, como en tantas otras, se denuncia la corrupción endémica del cuerpo de policía y la podredumbre de todo el sistema legal. También hay lugar para la crítica hacia cierto sector de la clase media-alta brasileña, que se envuelve en un falso progresismo pero que contribuye directa o indirectamente al mantenimiento del tráfico de drogas en las favelas. Tenemos pues, y si se me permite la simplificación exagerada, a los polis malos, a los narcos malos y a los que los ayudan. El problema está en la descripción que se hace de los polis "buenos".<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span">Esta cinta ha sido criticada por sectores progresistas por ser un supuesto vehículo de ciertas ideas de carácter fascista. La policía de élite se nos presenta como incorruptible, comprometida y sacrificada por la justicia. Tan comprometida con la justicia que para defenderla incurrirá en abusos y prácticas no sólo ilegales sino también inmorales. En este sentido, la cinta emana violencia continuamente y de forma explícita, y el espectador contemplará horrorizado crueles interrogatorios, torturas varias y el ya clásico sistema de "disparar primero y preguntar después", aquí aplicado de forma literal. Sin embargo, lo más interesante es que nunca alcanzaremos a saber a ciencia cierta si el film pretende justificar estas prácticas o precisamente denunciarlas. La interpretación de este aspecto queda completamente en manos del espectador, propiciando un ejercicio de reflexión que raramente podemos encontrar en este tipo de películas.</span><o:p></o:p></p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-49007873840055856012011-09-29T11:34:00.003+02:002011-09-29T12:18:54.109+02:00Son la leche<div align="justify"><span style="font-family:verdana;">En ocasiones, frente al televisor, me encuentro pensando que los publicistas son gilipollas, nos toman por gilipollas, o simplemente están mal pagados. Al menos hasta ahora. Sin tener ni pajolera idea de las dinámicas internas de funcionamiento del mundo de la publicidad, la única referencia que tengo sobre el tema son los episodios de la serie <strong><em>Mad Men</em></strong>. Siempre teniendo presente que se trata de un producto de ficción, y ambientado en una época muy anterior a la actual, se suceden escenas que pueden arrojar algo de luz en este sentido. No son pocas las veces en que el equipo de publicistas protagonistas presenta un anuncio o una campaña que parece cojonuda, pero ve como la empresa cliente lo rechaza porque "no es lo que había pedido" o no refleja la imagen que los directivos pretenden darle a su empresa o producto. Y como el que paga manda, se hace un nuevo anuncio a su medida, que acaba resultando peor que el original y poco productivo. Pero como he dicho, no sé cómo funcionan las cosas en la realidad y hoy en día, por lo que es bastante posible que el mundo real no tenga nada que ver con la serie.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Todo esto viene a cuento (o no) por un anuncio televisivo que llevo viendo durante semanas. El producto anunciado es un bollito, o pastelito o lo que sea, que se supone contiene mucha leche. <em>Sandwich de leche</em> creo que lo llaman. En el spot en cuestión, </span><span style="font-family:verdana;">charlan y se presentan, dentro de una nevera, dicho bollo y una botella de leche. La escena me recuerda a <a href="http://www.youtube.com/watch?v=o5Sy2MkBtYI">esto</a> . Cito el diálogo de memoria, por lo que puede que no sea exacto:</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Pastelito: "Hola hermana de leche"</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Leche: "¿Hermana de leche?"</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Pastelito: "Sí, tú eres la leche y yo soy un sandwich de leche"</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Leche: (visiblemente ofendida) "Qué gracioso...¡yo soy la leche!"</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Bien, parece ser, pues, que la botella de leche tiene dificultades para comprender un mensaje simple, puesto que el pastelito en ningún momento le ha negado su condición de leche, de hecho se lo dice de forma explícita. Sin embargo, la leche no parece entenderlo y se muestra molesta mientras afirma que leche sólo hay una, y es ella. Puede que el astuto publicista de turno quiera presentarnos a una botella de leche con serios déficits cognitivos para mostrarnos que su producto es mucho mejor. O quizá se esté sugiriendo que el pastelito se encuentra en un estadio evolutivo superior, es la evolución natural de la leche, con lo que posee una capacidad de racionamiento que a ésta le falta. O incluso es posible que hayan encargado el anuncio a un equipo de becarios que no ha repasado el guión antes de realizar la escena. Pero, sea cual sea el motivo, el caso es que tras la última frase de la leche en cada nuevo visionado del anuncio me encuentro, invariablemente, gritándole al televisor con visible ira "¡Si es lo que te acaba de decir, subnormal!".</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-75857700663069405052011-09-11T17:57:00.007+02:002011-09-11T18:59:26.558+02:00Teenoir<a href="http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR3Hy3prBCerc7gq_6ppHpg29HyaCgJKHUsrckpCU8H6u4fMQrjqbV9AkVY"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 308px; CURSOR: hand; HEIGHT: 164px" alt="" src="http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR3Hy3prBCerc7gq_6ppHpg29HyaCgJKHUsrckpCU8H6u4fMQrjqbV9AkVY" border="0" /></a><br /><br /><span style="font-family:verdana;"><strong><em></em></strong></span><br /><br /><br /><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"><strong><em>Brick</em></strong> (2005), del debutante <strong>Rian Johnson</strong>, basa su originalidad en una arriesgada propuesta consistente en trasladar un guión propio del cine negro, género tradicional y claramente delimitado, a un contexto adolescente. De esta forma, tenemos por un lado unos personajes y situaciones característicos de este género clásico: el detective freelance de moral abiertamente ambigua, su fiel compañero que le proporciona apoyo, la mujer fatal, el jefe gángster, interrogatorios, peleas y traiciones. Por otra parte, la acción tiene lugar en emplazamientos tales como un instituto, su aparcamiento, el despacho del director o una casa en un barrio residencial. Todo ello siguiendo una trama que, a pesar de su sencillo punto de partida, llega a enrevesarse de tal forma que en ocasiones, especialmente durante una primera parte, puede llegar a abrumar al espectador debido a las constantes referencias a gran cantidad de sucesos y nombres.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Ciertamente, un planteamiento así hace temer un grado de surrealismo que roce el ridículo. Y, en determinados momentos, lo que ocurre en pantalla es casi delirante, pero lejos de lastrar el desarrollo lo que consigue es dotar a la película de un encanto que, junto con el buen sentido del ritmo de la narración, transforman este film en una obra casi de culto. Una fotografía centrada en la desolación y frialdad de los paisajes urbanos de extrarradio le confiere al conjunto una dureza e impacto que casan a la perfección con lo adulto del guión, que coloca a unos personajes al final de su adolescencia en una situación de inusitada madurez. El cuidado apartado sonoro, desde la banda sonora hasta los efectos de escenas como la de la persecución con navaja, acaba de redondear una película más que notable. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Puro cine negro, frenético en ocasiones, ambientado de forma magistral en un contexto original, en el que se ha suprimido prácticamente la presencia de tecnología como ordenadores y teléfonos móviles, lo que ayuda a que la mezcla funcione. Una muestra del extraño resultado de esta fusión la ofrecen los reiterados planos de las piernas y pies del protagonista: el contraste entre los tejanos modernos y unos zapatos clásicos propios de un vestuario más maduro ofrece la metáfora perfecta para reflejar lo que propone <strong><em>Brick</em></strong>. La renovación, casi reinvención de un género que esperemos establezca las bases para más películas como ésta.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Merece también una mención el joven reparto encabezado por <strong>Joseph Gordon-Levitt</strong>. Los que, como yo, le prestaran atención por primera vez en la estupenda <em>(500) Días Juntos</em> (Marc Webb, 2009) y considerasen que no acababa de encajar en su papel en <em>Origen</em> (Christopher Nolan, 2010) se sorprenderán de lo bien que reparte y encaja tollinas en esta película.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-12082106384473792922011-05-06T12:36:00.004+02:002011-05-06T14:06:47.925+02:00Todo está iluminado<a href="http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR3KwwuYrPhJEhaEPu2JGFiKOlpOtxjSnNMf8VuDqtavYnlwFP6&t=1" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 272px; height: 185px;" src="http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR3KwwuYrPhJEhaEPu2JGFiKOlpOtxjSnNMf8VuDqtavYnlwFP6&t=1" border="0" alt="" /></a><br /><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><b><i>Todo está iluminado</i></b> (<b>Liev Schreiber</b>, 2005) es la adaptación, cuanto menos curiosa, de la novela autobiográfica homónima de <b>Jonathan Safran Foer</b>. La película nos cuenta la historia de Foer de forma que, sin quitarle la enorme carga drámatica, se convierte en una pieza humorística de lo más convincente.</span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Jonathan Foer, interpretado por un <b>Elijah Wood</b> en estado de gracia oculto tras unas enormes gafas, es un ciudadano norteamericano judío que viaja a Ucrania buscando a la mujer que ayudó a su abuelo a escapar de los nazis en ese país. Allí será acompañado por dos miembros de una familia que se dedica a guiar por el país a los extranjeros que acuden buscando respuestas sobre sus antepasados judíos.</span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Lo primero que llama la atención, al comenzar la película, y que sugiere por dónde irán los tiros a lo largo del metraje, es la "simpática" presentación de los personajes protagonistas. Jonathan es presentado como poco menos que el estereotipo de judío hollywoodiense: obsesionado con el coleccionismo de objetos relacionados con su familia, aprensivo y con aire apocado y desconcertado. Después tenemos a Alex, interpretado por el para mí hasta ahora desconocido <b>Eugene Hutz</b>, y que se trata del personaje más carismático de la producción: residente en Odessa (Ucrania), es un joven que no se conforma con sus raíces y tiene como ideal la vida de EE.UU. que ve en los medios de comunicación, amante del hip hop y de los negros (sic), será el que ejerza de intérprete entre Jonathan y los nativos. Y por último está el no menos pintoresco abuelo de Alex (<b>Boris Leskin</b>), un anciano malhumorado, empeñado en fingir que es ciego, aunque ejerza de chófer de la expedición, y siempre acompañado por su fiel "perra guía" llamada Sammy Davis Junior-Junior.</span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Desde el primer momento podemos intuir cuál va a ser el principal sustento de la carga humorística que impregna todo el film: las diferencias culturales y las confusiones que éstas provocan. Así, <b><i>Todo está iluminado</i></b> recuerda a otras películas como Borat, en que se nos muestra a las gentes de las antiguas repúblicas soviéticas con un atraso cultural importante respecto a sus colegas norteamericanos, si bien este caso difiere del mencionado en que se trata de un país de la Europa del Este y no asiático, y el sentido del humor utilizado es mucho menos bestia. Pero la mayoría de chistes y gags tendrán su fundamento en lo paletos que son los ucranianos (al menos como nos los presenta el film).</span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">El otro eje sobre el que gira la película es el componente dramático previsible en cualquier película que aborde el tema del holocausto, pero no por ello menos doloroso y emotivo. También se diserta sobre la identidad personal y la memoria, y las relaciones familiares. A todo lo anterior hay que añadirle una fotografía que mezcla el preciosismo de los paisajes naturales con la desolación de algunos entornos edificados y una banda sonora sencillamente fantástica, y podemos afirmar que nos encontramos ante una road movie emocionante y bonita como ella sola a la vez que divertida y entretenida.</span></div><div><span class="Apple-style-span"><br /></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-86938980724306918212011-02-25T11:38:00.006+01:002011-02-25T12:49:06.901+01:00Wilder y el psicoanálisis<div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Conozco poco el cine de <strong>Billy Wilder</strong>, sin embargo puedo asegurar que <strong><em>La tentación vive arriba</em></strong> no es su mejor comedia. Lo que sí me atrevo a aventurar es que es una de sus películas más icónicas, pues más allá de apartamentos y Lemmon y Curtis travestidos, si existe una imagen más reconocible que cualquier otra a lo largo de la historia del cine es la de la falda de <strong>Marilyn Monroe</strong> levantándose pícaramente por culpa del aire procedente de una rejilla del metro neoyorkino. Icono indiscutible que procede de la mencionada comedia.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">En <strong><em>La tentación vive arriba</em></strong> (<strong><em>The Seven Year Itch</em></strong>, 1955) conocemos a Richard Serman (<strong>Tom Ewell</strong>) en un caluroso mes de agosto de Nueva York, en el que es costumbre en toda familia de clase media que el hombre se quede trabajando mientras su mujer e hijos se toman unas vacaciones lejos de la ciudad. En este contexto se topa con una nueva vecina, una despampanante Marilyn que le provocará más de un sofoco en tan cálido contexto. Durante el transcurso de la historia, Richard conoce también a un psicoanalista durante una breve e hilarante escena, lo que provocará más de una referencia sarcástica en referencia a esta disciplina psicológica.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">No debería extrañar a nadie, pues el psicoanálisis como teoría ha sido ampliamente (no discutiremos aquí si justificadamente o no) criticado y ridiculizado desde la mayoría de perspectivas psicológicas, desde su fundación hasta la actualidad. Su cientificidad ha sido sistemáticamente puesta en duda desde el ámbito académico y científico y los ataques a su validez y fiabilidad se han convertido en costumbre. En esta película se refleja de forma divertida esa suspicacia. Sin embargo, y paradójicamente, tras todo el conjunto del film subyace un supuesto fundamental que Freud recoge ampliamente en su obra y que bautizó como el<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/El_malestar_en_la_cultura"> "malestar en la cultura"</a>. Tomando como base el principio psicoanalítico de que la conducta del hombre se rige por impulsos, básicamente el impulso sexual y el impulso agresivo, Freud señala que para vivir en comunidad, el individuo se ve forzado a contener estos instintos. Dado que el ser humano es un ser social y se ha organizado de esta forma a lo largo de la historia desarrollando diferentes culturas, cada vez ha experimentado una presión mayor para frenar sus impulsos, lo que finalmente acaba generando un malestar y sentimiento de culpa.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><strong><em>La tentación vive arriba</em></strong> nos muestra el caso particular de un hombre que, por una parte, desea ceder ante la tentación sexual que le supone su atractiva vecina, pero por otro lado no está dispuesto a prescindir de la vida familiar que ha conseguido forjar y mantener. Continuamente se debate entre lo que la cultura dicta como correcto, y lo que realmente su cuerpo indica como apetecible. Y si encima este comportamiento "incorrecto" resulta que acaba siendo normativo, ya que a su alrededor todos los hombres obedecen a sus instintos sin pararse a pensar, el cacao mental que se genera no hay psicólogo ni psicoanalista que lo arregle.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">No pretendo justificar ni validar el psicoanálisis como teoría de la mente, sino simplemente señalar que aquello que se critica momentáneamente en el film está realmente defendiéndose durante toda la trama. Quién sabe si a propósito o, retomando conceptos freudianos, de forma inconsciente.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-17591025888026621572011-01-26T14:55:00.016+01:002011-02-03T20:39:42.628+01:00Canciones de cine: Everybody's talkin' (Cowboy de Medianoche)<span><span></span></span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" >No, asiduos lectores míos (¿aún queda alguno?), no estaba muerto. Tampoco de parranda. Simplemente estaba atareado con asuntos que ocupaban gran parte de mi tiempo, como intentar acabar la carrera. Ah, y colaborando en un proyecto compartido, <a href="http://multivers.cat/">Multivers.cat</a> , que recomiendo encarecidamente visitar a aquellos que dominen el noble idioma catalán. Pero vamos a lo que importa. Ya estoy de vuelta, y qué mejor forma de regresar que continuar con la sección en que comento aquellas canciones que, habiéndolas escuchado durante años, empiezan a gustarme a partir de su aparición en determinada película.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" >El caso que nos ocupa hoy es el de <b>Everybody's talkin'</b>, compuesta por <b>Fred Neil</b> en 1966, pero que alcanzó su verdadero éxito gracias a la versión de <b>Harry Nilsson</b> incluida en la banda sonora de la película <b><i>Cowboy de Medianoche</i></b> (<b>John Schlesinger</b>). Ésta también cosechó un enorme éxito, y pese a ser calificada inicialmente de "película X" por su visión sin tapujos de temas como la homosexualidad o la prostitución, finalmente consiguió llevarse los Oscar a mejor película, mejor director y mejor guión adaptado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" ><iframe title="YouTube video player" width="480" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/tyfy66oXw8E" frameborder="0"></iframe></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" >La película empieza cuando Joe Buck, un joven paleto de Texas brillantemente interpretado por <b>Jon Voight</b>, decide dejar su pueblo para empezar una nueva vida en Nueva York. Su objetivo: ser lo que él llama un "vividor" y que se conoce comúnmente como <i>gigoló</i>. Confiando en su atractivo físico pretende vivir a base del dinero que un montón de mujeres se morirán de ganas de pagar para acostarse con él. Sin embargo hay algo en su plan que no encaja, y es que en cuanto llegue a la gran ciudad nos daremos cuenta que no conoce sus códigos y que su look y sus modales están desfasados y sólo son capaces de atraer al público masculino. En su camino encuentra a un ser aún más desgraciado que él, un ladronzuelo cojo y tuberculoso llamado Rico Rizzo, más conocido como "Ratso" y al que da vida un joven y grasiento <b>Dustin Hoffman</b>, y con el que compartirá miserias e (des)ilusiones hasta forjar una sólida amistad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" >La historia nos muestra una ciudad sucia y enferma, una desolación que queda plasmada en el "apartamento" que comparte la pareja protagonista, en un edificio a punto de ser demolido y marcado con una cruz en todas sus ventanas, como insinuando irónicamente la cruz que su par de inquilinos llevan encima. Mediante una serie de flashbacks conoceremos la siniestra historia del personaje de <b>Voight</b> y sus oscuros traumas, la soledad en la que se ha encontrado sumido durante toda su vida. Es esta soledad la que mantiene unidos a los dos protagonistas, pues en último término su fugaz amistad es lo único que tienen. Esta soledad y la traumática pérdida de la inocencia que experimentará Joe en su viaje son los pilares de una historia conmovedora y desoladora a partes iguales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" >Es aquí donde se sitúa la importancia de la canción que estamos tratando: su belleza y carácter animado contrastan con la tónica general del film, aunque sólo aparece cuando podemos creer que la esperanza ilumina el camino del pobre vaquero. Como le ocurre a él mismo, cuando todo está perdido siempre queda una bonita canción para que cada uno intente sobrellevar la vida que le ha tocado o que ha elegido. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" ><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="font-family:verdana;" >Al margen de todo esto, la cinta levantó una polémica al tratar con total libertad la homosexualidad, la prostitución y, finalmente, la prostitución homosexual. De hecho, existe un debate no resuelto acerca de si la relación entre ambos protagonistas puede considerarse de amistad o de amor sin sexo, y que sería demasiado complicado intentar resolverlo en estas líneas. Al que sienta un mínimo de curiosidad, le recomiendo ver esta magnífica película, sin duda una de las mejores que he podido ver en toda mi vida.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-21341821429946248552010-10-19T13:31:00.013+02:002010-10-19T18:51:42.122+02:00Enterrando expectativas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://images.mirror.co.uk/upl/m4/sep2010/6/3/image-4-for-ticket-pictures-01-10-10-gallery-103749954.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 450px; height: 250px;" src="http://images.mirror.co.uk/upl/m4/sep2010/6/3/image-4-for-ticket-pictures-01-10-10-gallery-103749954.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><br /><br />Es difícil hablar sobre <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Buried</span> sin destripar los acontecimientos que suceden durante su desarrollo. Lo mínimo que puedo decir es lo que todo el mundo sabe: <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Buried</span> trata sobre un hombre que se despierta enterrado en un ataúd sin saber cómo ha acabado en esa situación, y durante todo el metraje se ve atrapado en ella, con un mechero como fuente de iluminación y un móvil como herramienta para comunicarse con el exterior. Este aislamiento del protagonista no es algo del todo original, pues muchos citan antecedentes como algunas películas de Hitchcock (como <span style="font-style: italic;">Náufragos</span> o<span style="font-style: italic;"> La soga)</span> como evidentes influencias de su director, <span style="font-weight: bold;">Rodrigo Cortés</span>. Pero como yo no he visto esas cintas, para disimular mi falta de cultura cinematográfica voy a citar <span style="font-style: italic;">Última Llamada</span>, película de 2002 de Joel Schumacher en que <span>Kiefer Sutherland</span> mantiene encerrado a <span>Colin Farrell</span> en una cabina de teléfono durante todo el metraje. La principal diferencia de esta referencia con el film que nos ocupa es que en <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Buried</span> el protagonista no se encuentra en medio de una gran ciudad, con gente a su alrededor, sino que está a varios metros bajo tierra y completamente solo.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Llegados a este punto, vendría bien valorar por separado el guión y el resto de aspectos de la película. El trabajo de dirección es notable ya que se las apaña para mantenerse fiel a su premisa: todo sucede dentro de un ataúd. En realidad dentro de siete ataúdes diseñados convenientemente para diferentes situaciones técnicas. Así <span style="font-weight: bold;">Cortés</span> logra sacar el máximo provecho de la situación en que ha sumergido a su sufrido protagonista. En este aspecto también hay que destacar la magnífica interpretación, más que convincente, de un <span style="font-weight: bold;">Ryan Reynolds</span> que suda y parece que incluso sangre de verdad. Sin duda su actuación (recomendable escucharle en versión original) ayuda a que el espectador empatice y se sienta encerrado en la amplia sala del cine. </span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">En contraste, es en el guión donde esta película falla. Y no porque éste sea malo de por sí, sino por las expectativas que todos los medios han generado alrededor de esta obra. Debe aclararse que se trata de un guión ya escrito antes de que se concibiese el film, varias veces rechazado hasta que Cortés lo leyó y decidió valientemente dirigirlo. Así, uno oye que van a estrenar una película que se desarrolla íntegramente en un ataúd, que cuenta con un único actor, y encima oye maravillas por parte de los privilegiados que ya han podido verla, e irremediablemente piensa que debe escudarse en un guión muy potente para no aburrir durante la hora y media que dura. Es entonces perfectamente comprensible la decepción cuando uno va al cine y descubre que el guión no es para tanto, amén de algunos errores garrafales que se le perdonan a una obra de ficción. Además de un par de momentos concretos, supuestamente impactantes pero que parecen totalmente fuera de lugar y le restan realismo al desarrollo. Por no hablar del mensaje político que la cinta desprende sin ningún complejo, que peca de obvio y simple y también acaba rechinando.</span></div><div style="text-align: justify;"><span></span><span class="Apple-style-span"><br /></span><span style="font-family:verdana;">Es éste un problema muy frecuente hoy día y siempre, cuando los medios maginfican en exceso cualquier tipo de obra, y se generan unas expectativas que solamente verdaderas obras maestras van a ser capaces de cumplir. Lamentablemente, <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Buried</span> no es una de esas películas que todos esperamos.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-80737667632877439562010-09-26T11:34:00.012+02:002010-09-26T12:25:56.552+02:00El Americano<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpc5K9-0UdKR3KmbVyNivR48xpf4lkwcujaL4qxtHyWP9_nV3HFeHLf72gSQ67QPyNFbUo0Jr0Fxh09cixofk_YqMpftNPDSdon0wJBrdynesBiwp_YsbOyrwSDIyQRYESuLbnXk538XU/s1600/The-American.jpg"><img style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 535px; CURSOR: hand; HEIGHT: 227px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpc5K9-0UdKR3KmbVyNivR48xpf4lkwcujaL4qxtHyWP9_nV3HFeHLf72gSQ67QPyNFbUo0Jr0Fxh09cixofk_YqMpftNPDSdon0wJBrdynesBiwp_YsbOyrwSDIyQRYESuLbnXk538XU/s1600/The-American.jpg" border="0" /></a><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span">Es fácil, viendo el tráiler y teniendo en cuenta toda la promoción, pensar que </span><b><i><span class="Apple-style-span">El Americano</span></i></b><span class="Apple-style-span"> es una película de acción. Seguramente esto explica el éxito que ha tenido en taquilla y la mala reacción de gran parte del público tras verla. De manera que habría que dejar clara una cosa a todos aquellos que se planteen acudir al cine para su visionado: El Americano no es una película de acción. Tiene disparos, sí, pero muy pocos y en momentos puntuales. Se da alguna persecución, pero no recuerdo haber contado más de una.</span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span class="Apple-style-span"><br /><span style="font-family:verdana;"></span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span">¿En qué género podemos, pues, situar </span><b><i><span class="Apple-style-span">El Americano</span></i></b><span class="Apple-style-span">? No es en absoluto necesario, pero me atrevería a clasificarla como thriller contemplativo o reflexivo. Basada en una novela de </span><b><span class="Apple-style-span">Martin Booth</span></b><span class="Apple-style-span">, cuenta la historia de un asesino profesional que es forzado a establecerse en un pueblecito de los Abruzos, en Italia. Allí se dedicará a intentar pasar desapercibido mientras lleva a cabo su último trabajo. Pese a ser una producción americana, su director, </span><b><span class="Apple-style-span">Anton Corbijn</span></b><span class="Apple-style-span"> (fotógrafo y director de videoclips), es holandés, y eso se nota. Se nota en que la cinta tiene más de cine europeo que de americano. De hecho, lo único americano que se aprecia es su título y su actor principal, un </span><b><span class="Apple-style-span">George Clooney</span></b><span class="Apple-style-span"> utilizado como reclamo publicitario pero que cumple de sobras con su interpretación. Lo que es ciertamente admirable, dado que los diálogos son escasos y las escenas con </span><b><span class="Apple-style-span">Clooney</span></b><span class="Apple-style-span"> solo ante la cámara abundantes.</span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span class="Apple-style-span"><br /><span style="font-family:verdana;"></span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:verdana;"><b><i><span class="Apple-style-span">El Americano</span></i></b><span class="Apple-style-span"> es, como decía, cine europeo, alejado de los estándares comerciales que caracterizan a las superproducciones americanas. Es una película lenta, parsimoniosa, con largos tramos en que parece no ocurrir nada, y con grandes planos paisajísticos de una belleza incomparable. En este sentido recuerda mucho al western, y de hecho su director ha reconocido la influencia de este género sobre su persona y a la hora de realizar esta cinta. Mucha gente, en especial los más impacientes y los no acostumbrados a este tipo de cine, se aburrirá en su butaca. Sin embargo, hay que decir que el filme mantiene la tensión durante todo el metraje y ofrece escenas dignas de recuerdo.</span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span class="Apple-style-span"><br /><span style="font-family:verdana;"></span></span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Cabría añadir, para acabar, que en mi caso ha ocurrido el efecto contrario a lo antes mencionado. Llegué pensando que vería una película más dinámica y con más acción, y me marché encantado de que finalmente no fuera así.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-38391429192980149392010-08-31T13:08:00.003+02:002010-08-31T13:33:28.247+02:00Galletas y mierda<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana; ">Me he levantado moralista. Quien me conoce sabe que, pese a mi aspecto jovial y juvenil, en mi interior habita un viejo rancio y malhumorado, una especie de <b>Larry David</b> envejecido. Suelo mostrar un carácter gruñón y quejumbroso, encontrando siempre algo sobre lo que echar mierda. Así que hoy, para mi primer escrito sobre publicidad, saco a mi viejo carca a pasear. Emulando a un columnista tipo de un diario de derechas cualquiera, voy a ponerme pesado y dar la tabarra con alguna moralina de ésas que normalmente tanto odio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Pero es que la situación lo requiere. Solemos quejarnos, en general, de que los niños no hacen ni puto caso a sus padres. Algún pedagogo de prestigio decidió, resentido por las collejas que sus progenitores le propinaron, que a los niños hay que dejarlos hacer, permitir que aprendan de forma autónoma a partir de sus propios errores. Si a eso sumamos que muchos padres deciden alegremente delegar su responsabilidad educativa en la escuela, y viceversa, finalmente el papel educativo principal acaba residiendo en la televisión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">No hace mucho llevo viendo algunos anuncios que animan a los infantes a hacer lo que les venga en gana. El primero, el que tiene más miga, muestra a un niño que llega a su hogar con un paquete de una conocida marca de galletas. La madre, sin haberlo visto, le pregunta desde la cocina si ha comprado lo que le había encargado: cereales, huevo, miel... El chaval responde afirmativamente a todo con sonrisa pícara. Finalmente, la mujer descubre el engaño, aunque el niño da a entender que las galletas contienen todo lo que necesitaba su madre, la cual, en vez de soltarle una "galleta", se parte de risa ante el ingenio del maldito crío. Así que, ya sabéis, pasad de vuestra boba madre y compraos lo que os dé la gana con el dinero que os deje.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">El segundo caso es el de una abnegada mujer que ve ante la puerta de su casa una cola de amigos (o ni eso) de su amigo Pablito, que han venido a cagar a su lavabo atraídos por el olor del ambientador que se publicita. La pobre mujer pone cara de resignación, lo que permite intuir que no va a mandar a los niños a tomar viento, como sería lógico. No puedo más que imaginarme a la señora limpiando la taza con una escobilla después de toda una tarde de cagadas infantiles, con las consecuentes salpicaduras en la cara de la mierda acumulada en las repugnantes cerdas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">En un futuro no muy lejano podremos ver en nuestros televisores anuncios protagonizados por diabólicos críos que robarán y pegarán a sus padres, y lo encontraremos del todo normal. Vale, ya vuelvo a meter al yayo en la jaula.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-49960454765399950322010-07-27T17:06:00.007+02:002010-08-06T12:19:44.057+02:00Canciones de cine: California Dreamin' (Chungking Express)<div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><br /><span style="font-family: verdana;">Nunca he sido muy dado a escuchar bandas sonoras de películas, ni siquiera aquellas que me hayan llamado especialmente la atención. Me gusta pensar en los discos como algo más que una recopilación de canciones, considero que son obras en conjunto a las que los grupos o artistas que han compuesto cada uno de sus temas han querido dar una cohesión y unidad, una entidad más allá del mero sumando de diferentes combinaciones de sonidos armónicos y texto, además de suponer en muchos casos la crónica de una época.</span></span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" ></span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" >No obstante, de un tiempo a esta parte me viene ocurriendo un hecho que podría explicarse como un mecanismo de condicionamiento clásico de ensayo único, o simplemente con un "vete tú a saber". Resulta que viendo una película que me agrada reparo en una canción (existente previa e independientemente al film) que aparece en alguna escena particular o a lo largo del metraje en general, y que a pesar de ser de sobras conocida nunca había llamado mi atención. A partir de entonces, me gusta escuchar esa pieza, que antes no me decía nada y que me recuerda a la película que, normalmente, me ha dejado más que satisfecho.</span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" ></span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" >No soy un gran entendido en música (tampoco en cine, todo hay que decirlo), pero inauguro aquí una sección en la que comentaré distintas muestras de lo que he explicado, como he podido, en el anterior párrafo.</span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" ></span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" >Esta primera entrega la dedicaré al último caso en que me ha ocurrido dicho fenómeno: <span style="font-weight: bold;">California Dreamin' (The Mamas & the Papas, 1956)</span>, que aparece en <span style="font-weight: bold;">Chungking Express</span>. Es ésta una curiosa película, dirigida por <span style="font-weight: bold;">Wong Kar-Wai</span> en 1994, que en su día llamó poderosamente la atención del mismísimo Quentin Tarantino. Cuenta dos historias de amor y desamor ambientadas en Hong Kong, independientes entre sí salvo por un punto común de encuentro, y totalmente diferenciadas en cuanto a estilo y narrativa. La primera trata del enamoramiento por parte de un agente de la policía secreta de una mujer implicada en truculentos negocios de narcotráfico. En la segunda, de ritmo más pausado, la enamorada es una chica que trabaja en un chiringuito de comida rápida, y él es un policía regular, con su uniforme y sus patrullas rutinarias. Cabe destacar que todos los personajes presentan un cúmulo de excentricidades sólo asumibles desde la idea estereotipada que se tiene en el mundo occidental de que "los chinos son raritos".</span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" ></span><br /><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;" >Es en la segunda parte de la película cuando aparece, repetida hasta la saciedad, la canción <span style="font-weight: bold;">California Dreamin'</span>, favorita del personaje que interpreta la hipnótica <span style="font-weight: bold;">Faye Wong</span>. No sé si es por esta interpretación o por los toques psicodélicos y los coros de la canción, que escenas como las que muestra el vídeo me dejaron con el tema incrustado en mi conciencia durante largos días.</span><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/IAH-0GKvIrM&hl=es_ES&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/IAH-0GKvIrM&hl=es_ES&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div><span style="font-family:verdana;"><br /></span>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-32000673464119455502010-07-25T12:36:00.007+02:002010-07-26T00:29:53.457+02:00Domingo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.filasiete.com/criticas/el-septimo-dia/fotograma_medium"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 180px; height: 123px;" src="http://www.filasiete.com/criticas/el-septimo-dia/fotograma_medium" alt="" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><br /><br />Un día como hoy, un domingo de verano de 1990, tenía lugar la famosa masacre de Puerto Hurraco. Para el que no la recuerde (como yo, que tenía 2 años), una larga serie de rencillas entre dos familias acabó con los hermanos Izquierdo dando forma a la cazurrez de la España profunda en su máxima expresión liándose a tiros con todo quisqui.</span> <span style="font-family:verdana;">En 2004 se estrenó la película <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El 7º día</span>, dirigida por <span style="font-weight: bold;">Carlos Saura</span> y guionizada por <span style="font-weight: bold;">Ray Loriga</span>, basada en el fatídico suceso.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Lo normal es pensar que partiendo de una base así es difícil que no salga una buena película. Y en realidad no se trata de una mala obra, pero su guión no aprovecha el enorme potencial que ofrece la historia. El principal problema, pues, reside en el guión. De todos los enfoques posibles, el autor se decanta por el más fácil y menos arriesgado, en consecuencia el menos intersante. La película sucede desde el punto de vista de una de las hijas adolescentes de la familia, digamos, víctima. Es éste un planteamiento cobarde, pues la historia es mucho menos complicada de contar desde la perspectiva de las víctimas. Donde reside el verdadero interés del espectador es en los personajes miembros de la familia agresora, desquiciados e insanos, que aquí son retratados como meros locos, con motivaciones muy simples y sin ahondar en sus relaciones interpersonales. Pero centrarse en ellos era demasiado arriesgado, debió pensar <span style="font-weight: bold;">Loriga</span>, ya que es complicado entrar en la mente de un asesino e intentar mostrar sus motivos, y más cuando el asesino es una familia entera. De haberla planteado desde este punto de vista, la película podía salir mal, claro, pero también podría haber salido muy bien, desde luego mucho mejor que el resultado final.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Si a todo esto añadimos que, personalmente, me hizo recordar en un principio a <span style="font-style: italic;">Los Santos Inocentes</span>, obra maestra del cine español y me atrevería a decir que mundial, la impresión final no puede mejorar mucho. Las comparaciones son odiosas, sí, pero también inevitables, y el ambiente rural en que se desarrolla la película me retrotrajo automáticamente al célebre film de <span style="font-weight: bold;">Mario Camus</span>. Lo que acentúa otro de los fallos de guión: la pobre construcción de los personajes secundarios, algunos metidos con calzador para adornar la historia principal.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, y como conclusión, <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El 7º día</span> es una película que merece la pena ver. Si uno reduce las expectativas iniciales podrá disfrutar de una historia de venganzas y amores, además de disfrutar de la bonita fotografía, sin sentirse especialmente decepcionado ni aburrido.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-7419401651520565172010-06-27T12:12:00.006+02:002010-08-17T11:55:14.899+02:00La hoguera de las vanidades<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://img5.allocine.fr/acmedia/rsz/434/x/x/x/medias/nmedia/18/65/10/17/18839190.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 434px; height: 284px;" src="http://img5.allocine.fr/acmedia/rsz/434/x/x/x/medias/nmedia/18/65/10/17/18839190.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />La hoguera de las vanidades</span> (1989) está dirigida por <span style="font-weight: bold;">Brian de Palma</span> y basada en la novela homónima de <span style="font-size:100%;"><span style="font-weight: bold;">Tom Wolfe</span>. Libro que no he leído, por lo que todas mis opiniones son acerca del film como tal, y no como adaptación.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;">Se trata de un tipo de películas que desgraciadamente ya no se hacen. A día de hoy la mayoría de obras cinematográficas insisten en inscribirse en un género determinado, incluso las buenas, y son pocos los estrenos que uno no se atreva a clasificar. Sin embargo nos encontramos ante una obra que tiene parte de drama, parte de comedia e incluso parte de historia "policíaca" o de juzgado.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;">Lo mejor (y para algunos puede que lo peor) de <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La hoguera de las vanidades</span> es que parece incapaz de tomarse en serio a sí misma. Su desarrollo es totalmente convencional y su trama en un principio seria, pero está poblada de pequeños excesos, detalles que en ocasiones rozan el surrealismo y que en este caso acercan una película común al título de<span style="font-style: italic;"> buena película</span>. Secundarios como el fiscal del distrito que busca desesperadamente un caso en el que condenar a un blanco en el Bronx para ganarse el voto de la comunidad negra o el periodista borracho interpretado por <span style="font-weight: bold;">Bruce Willis</span>; historias como la del carrito lleno de mierda o la del avión que lleva árabes a la Meca; situaciones delirantes como la escena de la fotocopiadora o la de la escopeta. Todo son pequeños y no tan pequeños elementos del guión que, de no aparecer, dejarían a este film como uno más.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;">Pero <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La hoguera de las vanidades</span> también ofrece interesantes reflexiones sobre temas como lo peligroso del "racismo positivo" o discriminación positiva, el poder manipulador de la prensa, la falta de escrúpulos en la lucha por el poder o la diferencia entre la justicia como valor o derecho y la justicia como proceso legal.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;">No estamos ante un peliculón con todas las letras, pero sí ante un film que se deja ver y que bien merece un par de horas muertas que dedicarle.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-47207569336529690832010-06-20T23:11:00.006+02:002010-06-20T23:46:16.781+02:00Operación Mamarracho<div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><br />Mientras escribo estas líneas está sonando de fondo el nuevo programa de Antena 3 <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Operación Momotombo</span>. Si no han visto su primer capítulo ni los anuncios de su promoción, el título les podría incluso sonar bien, como a aventura exótica. Pero nada más lejos de la realidad.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Operación Momotombo</span> se inscribe en una fórmula que parece hacer furor últimamente entre los productores televisivos: coger a un puñado de adolescentes y jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni tienen ninguna intención de hacerlo, y los ponen a currar y a convivir juntos mientras son grabados. Los chavales, además de ser unos vagos de cuidado, discuten, insultan o directamente agreden a miembros de su familia en su vida diaria. Que están hechos unos buenos <span style="font-style: italic;">piezas</span>, vamos.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">En esta ocasión se ha introducido un componente común ya en otros realities: mandarlos a Nicaragua a realizar una supuesta labor humanitaria. Obviamente, los beneficiados de este trabajo solidario son los miembros de las familias de cuyos anticristos particulares consiguen librarse durante unas semanas, más que los pobres nicaragüenses que intentan construir un comedor para niños con la ayuda de los zagales. Sobra decir que los jóvenes no dan un palo al agua, llegan tarde y faltan al respeto a los nativos. Por ello el carácter solidario del programa es una falacia: continuamente se insiste en la responsabilidad que tienen los participantes ("si no llegan a la hora, los niños no podrán comer" he llegado a leer en pantalla), pero resulta incomprensible que dicha responsabilidad sea real si lo que se pretende veraderamente es ayudar a los autóctonos en su labor.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Pero eso no es todo, ya que a lo largo del programa llama la atención la presencia de un personaje que deviene en el mayor perjudicado en esta pesada broma. Éste es la persona que debe encargarse de vigilar a los sujetos y motivarlos para el trabajo, nada más y nada menos que <span style="font-weight: bold;">Julio Salinas</span>, el famoso ex-futbolista y parece que ya ex-comentarista deportivo, que ya realizó la titánica labor de aguantar las tonterías del difunto Andrés Montes en La Sexta. A lo largo de cada programa podemos ver a un <span style="font-weight: bold;">Salinas</span> cada vez más delgado y con peor cara desesperarse intentando despertar a unos zánganos mal criados, riñéndolos y aguantando su insolencia cual niñera de la casa real intentando domar al pequeño Froilán. No alcanzo a imaginar lo negra que debe tener el alma el despiadado que engañó al pobre futbolista para que firmara el contrato.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-34439683579699616342010-05-26T15:51:00.010+02:002010-05-26T22:53:36.726+02:00Perdidos (y 6)<div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Finalmente, después de oír/leer todo tipo de opiniones, he visto el final de la serie de moda. Hace un rato, no vayan a creer que fui tan patético como para levantarme a las 6 de la mañana, que a esas horas tengo cosas más importantes que hacer, como dormir.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Cuando escribí mi impresión acerca de la </span><a style="font-family: verdana;" href="http://pococriterio.blogspot.com/2009/06/perdidos-1.html">primera temporada de la serie</a><span style="font-family:verdana;">, pensaba hacer lo propio con cada una de las cinco que faltaban. Sin embargo, la pereza y el hecho de verlas todas seguidas, sin pausa entre ellas, me hizo decidirme por valorar la serie en conjunto una vez terminada. Bien, pues la mayoría de lo que escribí entonces lo mantengo, con la excepción en lo que concierne a los personajes, pues muchos de ellos efectivamente evolucionan y dejan de ser prototipos, y aparecen algunos nuevos realmente interesantes (como es el caso de Benjamin Linus). Sin embargo, algunos de los caracteres me siguieron pareciendo tediosos.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">A nivel global, y para el que no la conozca, hay que aclarar que la serie está planteada de manera que nunca se resuelve todo, simplemente porque no existen respuestas, se han creado misterios sin solución. Es todo una maniobra para captar la atención, para engancharnos, y desde luego lo consiguen. La táctica consiste en ir "solapando" misterios, de forma que continuamente se crean enigmas más inquietantes que hacen que el espectador se olvide de los anteriores. En el mejor de los casos, éstos acaban resolviéndose a medias, muchas veces de forma insatisfactoria. Por poner un par de ejemplos: ¿alguien sabe por qué las mujeres no pueden concebir descendencia en la isla? ¿de dónde proceden "los otros"?¿qué pinta la estatua en todo esto?</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, empezando a ver la serie mucho tiempo después del inicio de su retransmisión, cuando concluyó la quinta temporada, es decir cuando el fenómeno ya estaba más que consolidado, uno se da cuenta de que no es una serie tan rebuenísima como había oído hablar. Sin esperas, sabiendo que aquello que empezaba iba a durar seis temporadas, es posible escapar de, por decirlo alguna forma, el “engaño” de sus guionistas, y valorar la serie por lo que realmente es, y no por lo que se puede pensar que es. Es más, cuando uno ve por donde van los tiros ya en la cuarta temporada, empieza a olerse la tostada de un supuesto final más que decepcionante para aquel que espere respuestas.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Acerca del final, no me ha parecido que desentonase con el conjunto de la serie. Después de las mediocres quinta y sexta temporadas, no lo imaginaba ni mejor ni peor. Sin embargo, después de estos días en que ha sido criticado, pues la verdad es que lo esperaba peor. Cierto que no ofrece explicaciones, tampoco las esperaba. Cierto también que se hace largo, tira demasiado de tópicos y en ocasiones peca de ñoño, pero nada que no se hubiera visto anteriormente. Todo acorde con la dinámica general desde que a los guionistas se les fue la castaña allá por la cuarta o quinta temporada, cuando quedó patente que aquello carecería de sentido y que lo estaban estirando como un chicle.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Por todo esto, no voy a recordar <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Perdidos</span> como una serie fantástica(no me refiero al género) ni decepcionante, sino como una serie bastante entretenida y, eso sí, sobrevaloradísima.</span></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-35638132862653844782010-05-16T12:48:00.006+02:002010-05-16T13:27:51.890+02:00Catwoman contra el maquillaje<div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Catwoman</span> es una película mala, muy mala. Se mire por donde se mire. No tengo ni idea sobre el personaje de cómic original, pero tengo entendido que en su versión cinematográfica no se respeta nada de éste, ni su nombre.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">No sabría por dónde empezar a hablar de <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Catwoman</span>. Quizás por su absurdo guión, seguramente escrito en el baño, tan irrisorio que finalmente acabas por plantearte si de verdad han pagado a alguien por él. Seguramente a esta impresión contribuya un fenómeno común en la mayoría de películas de superhéroes que he visto: más de la mitad del metraje se centra en el origen del personaje, por lo que la trama central del filme queda notablemente deslucida, con poco contenido y resuelta con prisas. Otras perlas que incluye esta débil historia son los excesivos y feos efectos especiales, o las pésimas actuaciones de las renombradas actrices protagonistas, añadidas a la presencia de unos secundarios totalmente prescindibles.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Volviendo a la trama, parece que el guión les pareció tan vergonzoso que intentaron colar una especie de discurso feminista para dignificarlo. Lo que ocurre es que, como se dice en catalán, <span style="font-style: italic;">d'on no n'hi ha no en raja</span>, lo que significa que este discurso está trazado de una manera tan simplista y obvia que acaba empeorando el resultado final. Y en el caso de que no fuera así, si este intento de feminismo no fuera fallido desde su base, el discurso se desmorona en el momento en que aparece la buenorra de <span style="font-weight: bold;">Halle Berry</span> contoneándose y mostrando chicha. Lo que, para concluir, hay que admitir que es lo único aceptable que podréis ver en este churro de película.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-28652284672256661782010-04-10T12:22:00.011+02:002010-04-10T13:24:46.072+02:00Victoire!<a href="http://web.orange.co.uk/images/ice/film/escape_to_victory.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 284px; CURSOR: hand; HEIGHT: 159px" alt="" src="http://web.orange.co.uk/images/ice/film/escape_to_victory.jpg" border="0" /></a><br /><div><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2BTygoDk6A97x7wxQ_mzsm61hMS6ZWztqWaKl-XzOMefFtRl4oTO4TP0mMxvKNWifV3NkqwX0Mzs8hUbESPQJp9tixh7bEFa4-gfAOw2HOdCpUiHIpDEXKAxcGJi7G6FCWXQ1aZ3q2L20/s200/evasion+o+"></a><span style="font-family:verdana;">¿Qué hacen futbolistas como <strong>Pelé</strong> o <strong>Bobby Moore</strong> junto a <strong>Sylvester Stallone</strong> y <strong>Michael Caine</strong>? Pues una película, qué si no. Una película de fútbol. Y de nazis. ¿Que cómo se come eso? Vean <strong><em>Evasión o victoria</em></strong> y lo entenderán.</span><br /><br /><div><div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><strong><em>Evasión o victoria</em></strong>(<strong>John Huston</strong>, 1981) pretendía basarse en un principio en una historia real acontecida durante la II Guerra Mundial. En la Ucrania ocupada por los alemanes, en 1942, se organizaron una serie de partidos entre los jugadores del Dynamo de Kiev y distintos equipos de las fuerzas de ocupación. Tras ganar todos los partidos, el equipo ucraniano se enfrentó al de las fuerzas de aviación nazis, la Luftwaffe. Tras la primera parte del partido se advirtió a los jugadores del Dynamo de las terribles consecuencias que podría acarrear para ellos el ganar aquel encuentro, pero esto no pareció asustarles. Tras ganar por goleada, cuatro de ellos fueron afusilados.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">Sin embargo, el filme que nos ocupa finalmente poco tiene que ver con dicha historia. <strong>Michael Caine</strong> representa el papel de un oficial británico y jugador de fútbol internacional, a quien estando prisionero en un campo de prisioneros en Francia un general alemán le propone organizar un partido de solteros contra casados, digo, de prisioneros contra alemanes. Finalmente la cosa se sale de madre y acaban montando un encuentro entre una suerte de selección internacional con futbolistas de varias nacionalidades(todos prisioneros en distintos campos) y la selección de fútbol alemana en un estadio de París. Así, los nazis ven la oportunidad de demostrar la superioridad de su raza y nación y avanzar en la guerra propagandística. Por su parte, los oficiales británicos retenidos en el campo de prisioneros donde transcurre la mayor parte de la película encuentran la ocasión prefecta para organizar la fuga de todo el equipo aliado durante el partido y anotarse así una victoria moral, además de ridiculizar a los alemanes.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">Cualquiera que haya visto <em>La Gran Evasión</em> verá, asombrado, cómo <strong><em>Evasión o victoria</em></strong> parece, sobretodo al principio, una réplica de la primera. Empezando por el título o por basarse en hechos reales, pasando por todos los detalles del campo de prisioneros y la inverosímil infraestructura de que disponen éstos para organizar fugas, hasta la banda sonora y el poco realismo de la historia, todo recuerda a <em>La Gran Evasión</em>. ¡Si hasta <strong>Stallone</strong> hace el mismo papel que el bueno de <strong>Steve McQueen</strong>! Obviamente, el film de <strong>John Sturges</strong> supera en todo al de<strong> Huston</strong>, pero si el primero podía calificarse de "película de domingo-tarde", la segunda es sin duda una "película de domingo-tarde-total".</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><strong><em>Evasión o victoria</em></strong> es, por si no ha quedado claro, una película muy entretenida y que he de reconocer me ha gustado bastante, pese a la falta total de verosimilitud de su argumento, cosa que por otro lado la dota de un encanto especial. Hay que destacar su apasionante tramo final, durante el que tiene lugar el dichoso partido, en que uno puede quedarse sin uñas si se descuida.</span></div></div></div></div></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-60119691089551360192010-03-09T12:25:00.011+01:002010-05-17T21:03:03.989+02:00Las cosas claras<a href="http://www.decine21.com/EstructurasBd/Peliculas/N139/Imagenes/elle%C3%B1ador1.jpg"><img style="margin: 0px 10px 10px 0px; width: 300px; float: left; height: 188px;" alt="" src="http://www.decine21.com/EstructurasBd/Peliculas/N139/Imagenes/elle%C3%B1ador1.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Hay pocas cosas que uno pueda afirmar hoy en día que tiene claras. La mayoría de lo que uno sabe y cree puede cambiar radicalmente de un día para otro, pues vivimos en un tiempo en que nada parece verdad y siempre hay algo escondido. Pero en mi caso, y en el de mucha gente, aún quedan cosas que uno puede atreverse a afirmar que las tiene del todo claras, aunque nunca llegue a saberlo ciertamente.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Una de estas cosas es el hecho de que, si bien es cierto que todo el mundo tiene el derecho a una segunda oportunidad, en determinados casos más valdría que no existiera ese derecho. Uno de estos casos es el de una persona que ha abusado sexualmente de un niño o niña. Lo políticamente correcto y la tradición cristiana nos dice que por mucho mal que alguien haya hecho, siempre debe existir la posibilidad de redención. Pero en un caso en que se ha infligido tanto daño, en que se ha arrebatado la inocencia de una persona sin formar y se la ha marcado de por vida, uno tiende a pensar que el castigo hacia el agresor no debería terminar nunca. La pederastia no es un delito común, todo el mundo lo sabe, por lo que no debería ser castigada como un delito común, sino como la aberración que supone.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, como ya he comentado, por muy claras que nos parezcan nuestras ideas nunca podemos asegurarnos de su inmovilidad. Debo aquí hacer referencia a un par de películas muy recomendables: <strong><em>Little Children</em></strong> (<em>Juegos Secretos</em> en su traducción al castellano; <strong>Todd Field</strong>, 2006) y <strong><em>El Leñador</em></strong> (<strong>Nicole Kassell</strong>, 2004). Ambas son películas muy recomendables, sobretodo la primera. Ambas tratan el tema de la pederastia, pero desde una perspectiva cuanto menos original: el punto de vista del agresor, habiendo éste quedado en libertad al cumplir su pena de cárcel. Ambas ofrecen interesantes reflexiones sobre el tema, especialmente <strong><em>El Leñador</em></strong>. En ésta, <strong>Kevin Bacon</strong> interpreta el papel principal, el del pederasta arrepentido Walter. En <strong><em>Little Children</em></strong> el personaje del agresor sexual queda en un plano secundario. Pero ambas ofrecen la versión de un pederasta que admite su culpa, que se considera enfermo y que hace todo lo posible por cambiar. Lógicamente, nadie se lo pone fácil. </span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Ambos films están realizados e interpretados de forma tan acertada que, viéndolos, uno no puede evitar llegar a sentir empatía y compasión por la persona que en la vida real considera un engendro. Al acabar de visionar cada cinta, con varios meses entre una y otra, me resultó imposible no replantearme ideas y creencias que creía fuertemente arraigadas. ¿Puede un pederasta ser víctima de sí mismo? ¿Se puede creer en su arrepentimiento? ¿Existe la posibilidad de que llegue a controlar sus impulsos y pueda conseguir, al fin, la redención?</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;"><br /><div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Son preguntas que dejo en el aire, pero la reflexión más importante que me gustaría transmitir es lo maravilloso que resulta la posibilidad que una obra cinematográfrica pueda llegar a remover todo cuanto uno cree y conoce.</span></div></span></div></span></div></span></div></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-73211447283537539492010-02-02T12:52:00.005+01:002010-02-02T13:08:10.366+01:00Avatar<div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Finalmente he reunido el valor suficiente y voy a escribir una crítica sobre <strong><em>Avatar</em></strong>. Pero voy a hacerlo usando únicamente las expresiones manidas que <strong><em>Federik Freak</em></strong>, personaje que dibuja <strong>Rubén Fernández</strong> en El Jueves, recomienda no utilizar para ser original. Lo siento, ante una película que es de todo menos original, y que nos venden como revolucionaria, me niego a esforzarme más de lo que lo han hecho sus guionistas. Porque como ya habrán oído, <strong><em>Avatar</em></strong> es una tomadura de pelo, una película para niños. Muy bonita, eso sí, pero tan vacía como el bagaje cultural de Belén Esteban. Ahí van las ideas clave:<br /><br /><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Argumento lleno de tópicos"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Catorce años para esto"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Pitufos de tres metros"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Eso sí, en 3D es espectacular"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Pocahontas"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Bailando con lobos"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><em>"Final Fantasy"</em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><br /><br />Señor <strong>Cameron</strong>: por muy bonita que sea su mierda, no me la trago.</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-70540210579073145492010-01-27T13:09:00.006+01:002010-01-27T13:46:43.591+01:00Cuando Holmes encontró a Ritchie<div style="text-align: justify;"><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" >Cuando uno ve el tráiler de <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Sherlock Holmes</span>, no sabe muy bien qué pensar. Cualquiera que, como un servidor, haya leído un par de libros sobre las aventuras del célebre detective, verá que resulta difícil reconocer en las escenas mostradas a los protagonistas de las novelas de <span style="font-weight: bold;">Sir Arthur Conan Doyle</span>. ¿Sherlock Holmes y el doctor John Watson transformados en personajes de acción al más puro estilo Van Damme? Entre los vastos campos de conocimiento de Holmes se encuentran la hábil práctica del boxeo y la esgrima, de acuerdo, pero de ahí a convertirlo en un <span style="font-style: italic;">action man</span> va un trecho. Más tarde uno se entera de que el film se basa en un cómic, y entiende un poco más lo que pasa. Finalmente descubre que detrás de las cámaras se encuentra <span style="font-weight: bold;">Guy Ritchie</span>, y decide darle una oportunidad.</span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" >Como de costumbre, el tráiler engaña. Una vez en el cine, resulta que las escenas de acción no son tantas ni totalmente gratuitas. Con eso, que nadie espere encontrar al Holmes larguirucho, con lupa y vestido a cuadros que todos tenemos en mente. Igualmente, el doctor Watson tampoco es el prototípico hombre cincuentón, más bien gordito y chafado (aunque como mínimo le han conservado la cojera). Pero si se ignora el aspecto físico y no se es demasiado tiquismiquis, se puede reconocer perfectamente a los famosos protagonistas, además de a numerosos secundarios. Para alegría del fan, se hallan presentes abundantemente a lo largo del film las agudas observaciones y deducciones del investigador que tanto furor vienen causando desde finales del siglo XIX, así como no se echan en falta los sabios consejos de Watson y la cálida relación de amistad que une a ambos personajes.</span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" >Pero no hay que olvidar que se trata de una película del genial <span style="font-weight: bold;">Guy Ritchie</span>, y por tanto en ella abundan sus señas de identidad. No faltan las peleas, persecuciones, los matones irreductibles, un sentido del humor socarrón en cada diálogo y, sobre todo, lo más característico a nivel <span style="font-style: italic;">ritchiano</span>: un ritmo frenético y endiablado. Todo esto convierte a <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Sherlock Holmes</span> en una película tremendamente entretenida. No nos encontramos ante un nuevo <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Snatch.Cerdos y diamantes</span>, pero este nuevo film roza su nivel. Además la trama no defrauda. Hacia la mitad la película experimenta un ligero bajón, pero consigue remontar hasta ofrecer un final más que aceptable, en el que no quedan cabos sueltos (cosa bastante de agradecer en estos tiempos en una película de misterio).</span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" >Para acabar, cabe mencionar las notables interpretaciones (especialmente <span style="font-weight: bold;">Jude Law</span>), un gran trabajo de recreación del Londres decimonónico sucio y podrido, y, algo a lo que no suelo dar mucha importancia, una fantástica banda sonora que acompaña a esta fantástica obra de buen cine de parte de uno de los directores más frescos de la última decáda.<span style="font-style: italic;"> </span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-11449295193837214162010-01-08T16:42:00.004+01:002010-01-08T18:38:22.905+01:00Cretinos de aquí y de allá<div align="justify"><span style="font-family:verdana;">Hace poco, una persona muy atenta me obsequiaba con una revista de su barrio en la que aparecía entrevistado <strong>Ferran Monegal</strong>. Empecé a seguir el programa de este crítico televisivo, <strong><em>Telemonegal</em></strong>, con más o menos asiduidad hará un par de años, y enseguida me sorprendió en varios aspectos. En primer lugar, el increíble sentido común de que se sirve el célebre periodista a la hora de hacer sus críticas. Pero lo que más me llamó la atención fue, sin duda, él hecho de que fuera capaz de entrevistar, en un canal local como <strong>Barcelona TV</strong>, a cualquier famoso imaginable que apareciera por televisión o estuviera en algún modo relacionado con su industria. Multitud de personajes conocidos han pasado por su plató, desde una reportera de <strong><em>Está pasando</em></strong> hasta el todopoderoso <strong>Jaume Roures</strong>, pasando por sujetos como <strong>Eva Hache </strong>o <strong>Pedro Piqueras</strong>. Además, por mucho renombre que pudiera tener su invitado, el bueno de <strong>Monegal</strong> no dudaba en soltarle la opinión que éste le merecía, por muy cruda que pudiera parecer, sin ningún miramiento. El colmo de mi sorpresa tuvo lugar cuando acudió al programa el <em>honoríssim </em>president de la Generalitat de Catalunya, <strong>José Montilla</strong>, para, entre otras cosas, escuchar con su natural pasividad al presentador decirle que su forma de ser rompía desastrosamente el ritmo televisivo allá donde apareciera.<br /><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">Estos pequeños ejemplos sirven para ilustrar, a aquellos que no conozcan el programa, la buena voluntad con que acuden celebridades de todo tipo para exponerse en un discreto plató a las preguntas de este crítico tan aficionado a <em>mossegar</em> (normalmente con razón). Volviendo a la entrevista publicada en la revista que he mencionado anteriormente, hubo una pregunta entre todas cuya respuesta me pareció muy, pero que muy interesante. En ella <strong>Ferran Monegal</strong> revelaba los únicos tres sujetos que habían rechazado, una y otra vez, acudir a su humilde plató: <strong><em>Merceditas</em> Milà</strong>, <strong>Xavier Sardà</strong> i <strong>Andreu Buenafuente</strong>.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><br /><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">Los que vivimos en Catalunya sabemos de sobra que, mal que nos pese, el mirar por encima del hombro con desdén es una práctica muy común en nuestro pequeño país. Y estos tres sujetos, siempre desde mi punto de vista, son algunos de los mejores embajadores que tenemos para representar esta tendencia en el resto de la península.</span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">El caso más objetivamente observable es el de la <strong>Milà</strong>. Basta haber visto cualquiera de sus <strong><em>Diario de...</em></strong> para comprobar sus ansias de protagonismo y su actitud egocéntrica de perdonavidas. Además, falta ver cualquiera de sus apariciones en <strong><em>Gran Hermano</em></strong> para acabar de determinar su grado de gilipollismo, que roza lo histriónico y enfermizo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">En el caso de <strong>Sardà</strong> debo asumir que es más una impresión subjetiva mía que un hecho realmente constatado, pero siempre me ha parecido mezquino y prepotente.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">En cuanto a <strong>Buenafuente</strong>, reconozco que le he ido pillando manía últimamente, aunque sé que no he sido el único. No puedo evitar pensar que, en privado, debe llegar a ser un engreído de cuidado. Sin embargo, de los tres famosillos que han rechazado ser entrevistados, éste me resulta el caso más paradójico. Resulta que alguna vez he oído al propio <strong>Andreu</strong> quejarse o lamentarse que algunos famosos hayan declinado en repetidas ocasiones concederle una entrevista, y recuerdo haberle oído mencionar entre ellos al propio <strong>Sardà</strong>. Se ve que, además de humildad, le falta también una pizca de coherencia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;"><br /><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Verdana;">Pero vayamos a lo que realmente me preocupa: ¿Por qué <strong>Andreu Buenafuente</strong> no ha querido acudir a <strong><em>Telemonegal</em></strong> como invitado? ¿Teme que el señor <strong>Monegal</strong> le reproche, como es su estilo, cosas como el hecho que en los últimos años su programa haya perdido gran parte de su antigua gracia y sólo se aguante gracias a colaboradores como <strong>Berto</strong>? ¿O a lo que tiene miedo es, quizás, a que su entrevista pueda resultar tan aburrida y soporífera como las que hace él mismo cada noche? Yo, sinceramente, no tengo claro con qué opción quedarme.</span></div><p align="justify"><br /></p><span style="font-family:Verdana;"></span>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-34089230587871038282009-12-04T21:29:00.011+01:002009-12-04T22:17:08.029+01:00Lo has hecho otra vez, Sam<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://img.timeinc.net/time/daily/2009/0906/away_we_go_0605.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 525px; height: 294px;" src="http://img.timeinc.net/time/daily/2009/0906/away_we_go_0605.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;">Pues sí, has vuelto a lograrlo. Has conseguido volver a conmoverme. Y además me has hecho reír.</span></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold;">Sam Mendes</span> parece empeñado en desmontar el mito del <span style="font-style: italic;">american dream</span> y del <span style="font-style: italic;">american way of life</span>. Y parece que se emplea bien en su propósito. Si ya lo consiguió hace 10 años con su opera prima <span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">American Beauty</span></span>(de la que apenas recuerdo nada), el año pasado nos volvió a dejar fascinados, consternados, con su <span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">Revolutionary Road</span></span>. Recuerdo perfectamente, en cambio, la sensación con la que abandoné el cine al ver esta última, el leve shock que me supuso.</span></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;">Hace poco el mentado cineasta ha estrenado <span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">Un lugar donde quedarse</span></span>, <span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">Away we go</span></span> en su versión original, en la que vuelve a cuestionar y poner en evidencia la aparente felicidad con que se nos engaña en el cine convencional acerca de la forma de vida típica americana. En este caso, se trata de una sencilla road movie con un genial sentido del humor. La historia arranca en el momento en que los protagonistas, Burt y Verona, quedan embarazados. Con seis meses de gestación, los padres de él, el único apoyo con el que cuenta la pareja, decide emprender un viaje de dos años a Europa. Es entonces cuando deciden emprender ellos mismos un viaje, por Estados Unidos, visitando a conocidos y familiares con la esperanza de hallar un buen lugar donde quedarse y establecer su hogar.</span></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;">A partir de este punto de partida, la película sigue a los protagonistas en su viaje, lleno de situaciones hilarantes debido a los personajes con que se topan, en que descubrirán cómo son y, sobretodo, cómo no quieren ser, ni ellos ni su futura familia.</span></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;">Como he dicho, se trata de una comedia divertidísima y con un toque de ternura, cosa que se logra en parte por la soberbia actuación de la pareja protagonista. Me gustaría destacar especialmente a <span style="font-weight: bold;">John Krasinski</span>. Seguramente no les suene el nombre, pero los fans de <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">The Office </span>lo conocerán como el inolvidable Jim Halpert, prácticamente el único personaje "normal" de entre todos los que componen esta fantástica serie. Es la primera vez que veo al actor fuera de la serie, y he visto reforzada mi teoría de que seguramente se trate del tipo más simpático sobre la faz de la Tierra.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-family:verdana;"></span></span></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-76913863417924379102009-11-21T17:51:00.009+01:002009-11-21T18:40:34.004+01:00¡A profanar se ha dicho!<div align="justify">Es la costumbre: la semana del estreno en cine de una superproducción hollywoodiense, los pobres espectadores televisivos somos sádicamente bombardeados con películas del mismo género o, en caso de tratarse de una saga, anteriores entregas. Siempre ocurre y seguirá ocurriendo durante años. Por eso no es de extrañar que, habiéndose estrenado esta semana <strong><em>Luna Nueva, </em></strong>hayamos podido "disfrutar" estos días en nuestras pantallas de su precuela <strong><em>Crepúsculo </em></strong>y de otro filme remotamente relacionado con el tema general de éstas como <strong><em>Van Helsing</em></strong>.<br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Habiendo visto ambas a medias, aunque la segunda acudí a verla en su día al cine, he podido darme cuenta de la poca piedad que sus creadores han tenido al destrozar y profanar la mitología clásica vampírica. Tampoco es algo que me moleste en demasía, pues no soy precisamente un fanático del género, pero sí me hace pensar con nostalgia en qué ha quedado de películas como el <strong><em>Drácula </em></strong>de <strong>Coppola</strong>.<br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">En el primer caso, hay que reconocer que el mal ya estaba hecho en el libro en el que se basa la versión cinematográfica de <strong><em>Crepúsculo</em></strong>. Pero viendo la mitad de la película no cuesta darse cuenta de que se trata de una mierda con mayúsculas(y perdón por la expresión, pero hoy no me encuentro inspirado). Lo mejor del filme seguramente sean los paisajes, ya que la historia no ofrece demasiado atractivo, especialmente para el público no femenino ni adolescente, y los efectos especiales provocan risas y lágrimas a partes iguales. Con malas interpretaciones y un guión absurdo, uno nunca acaba de ver el propósito de su argumento. Como he dicho, toda la ficción vampírica clásica queda destrozada presentándonos unos vampiros que, a pesar de sus cientos de años, van a la moda y acuden al instituto año tras año. Además, no consumen sangre humana sino animal por su conciencia pacifista, algo bastante más fantasioso que lo que planteaba la serie <strong><em>Blade</em></strong>. El colmo llega cuando se desvela el motivo por el que no se exponen al sol: no se trata de alergia, resulta que tienen la piel recubierta de una especie de purpurina dorada bastante mal lograda, que sólo se ve con luz solar, y que les hace recordar lo que son y que sean reconocidos como no humanos. <br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">En cuanto a <strong><em>Van Helsing</em></strong>, es inevitable pensar que su argumento está planteado en forma de cachondeo puro y duro. Aquí encontramos un popurrí de mitos vilmente deshonrados: un conde Drácula afeminado y soso, hombres lobo, arpías voladoras, un monstruo de Frankenstein con la cabeza cuadrada y tornillos; todo revuelto y sin ningún tipo de lógica, aderezado con la presencia de secundarios estúpidos y todo tipo de aparatos de corte steampunk(ballestas automáticas, escopetas y otros aparatos más propios de Batman o el Profesor Gadget). Y por si fuera poco, culminando tamaño sinsentido con uno de los finales más ridículos de la década, de aquellos con nubes con forma de caras.<br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">En fin, sólo queda esperar al próximo superestreno, a ver qué tema toca destrozar...Se admiten apuestas.</div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-79991628883579545162009-10-25T12:34:00.005+01:002009-10-25T13:08:11.775+01:00Obama y el clan Corleone<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.i-italy.org/files/imagecache/545x/files/still_photos/Michael_corleone_1215062539.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 418px; height: 290px;" src="http://www.i-italy.org/files/imagecache/545x/files/still_photos/Michael_corleone_1215062539.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;"><span style="font-style: italic;"><br /><br />Tal como dejé claro con el fútbol, en este blog pocas veces se va a hablar de política pues, aunque sea un tema que pueda incluir entre mis intereses generales, no entra dentro de la temática para la que está pensada este espacio. Aun así, puede que alguna vez, como en este caso, sea posible encontrar algún aspecto en que exista una relación clara o remota entre política y cine o televisión. También en esta ocasión, por primera vez el texto que sigue no es obra mía, sinó que está extraído directamente de la edición de </span>La Vanguardia<span style="font-style: italic;"> del 24-10-09, y su autor es </span>Pascal Boniface<span style="font-style: italic;">, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París. Este hecho extraordinario tiene poco que ver con la pereza habitual de un domingo al mediodía...<br /></span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">OBAMA Y EL CLAN CORLEONE</span><br /><br />"Si recordamos la película </span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >El Padrino</span><span style="font-family:arial;">, don Vito Corleone (interpretado por Marlon Brando), al frente de la más poderosa organización de la ciudad, es abatido por cinco disparos cuando pasea tranquilamente por las calles de Nueva York. ¿Cómo reaccionar?, se preguntan sus tres hijos. ¿Cómo preservar el dominio del clan ante este ataque sorpresa?</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">En un librito muy espiritual, </span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >The Godfather doctrine</span><span style="font-family:arial;">, dos autores estadounidenses, John Hulsman y Wess Mitchell, hacen una comparación entre la película El Padrino y la política exterior americana. ¿Acaso el filme de Coppola puede dar algunas indicaciones sobre el modo en que Estados Unidos debe conducir sus relaciones internacionales? Sí, responden los autores presentando la "doctrina del padrino". ¿Es que no existe un paralelismo entre el ataque contra Vito Corleone</span><b style="font-family: arial;"> </b><span style="font-family:arial;">y los atentados del 11 de septiembre? En los dos casos la potencia dominante, segura de su fuerza, ha sido atacada violentamente y por sorpresa por un adversario al que no vio venir y del cual no ha entendido sus motivos.<br /><br /></span><span style="font-family:arial;">Tres de los hijos de don Vito quieren responder de modo distinto a este nuevo desafío. Sus hijos representan, de hecho, las tres opciones de la política exterior norteamericana: la creencia en las instituciones, el neoconservadurismo y el realismo.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Tom Hagen, el hijo adoptivo de origen germanoirlandés, es el consejero jurídico de la familia. Cree que hay que responder a la amenaza del clan Sollozzo con una serie de acuerdos y compromisos recíprocos, lo que corresponde un poco a la visión liberal e institucional en boga en las filas demócratas y que encarnó, en su día, Woodrow Wilson. De hecho lo que desea tras el ataque a su padre es volver rápidamente al mundo que existía antes. Por ello propone un acuerdo con las otras familias. Su leitmotiv es: "Hay que hablar con ellos", partiendo del principio de que ellos prefieren el statu quo a la revolución y están interesados en apoyar un retorno a la paz si tienen mejor acceso a algunos recursos.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">El segundo hijo, Sonny, desencadena una ofensiva unilateral y violenta contra la familia Sollozzo. Quiere arreglar el problema rápidamente y por la fuerza porque cree que eso juega a su favor. Su precipitación le lleva a no analizar la correlación de fuerzas. Es, de hecho, la posición neoconservadora. El intento de Sonny de asesinar a su cuñado, sospechoso de traición, que se transforma en una trampa en la que es asesinado es, de hecho, la guerra de Iraq, la trampa que se cerró sobre Estados Unidos.<br /><br /></span> <span style="font-family:arial;">La posición de Tom no puede tener éxito porque se efectúa a partir de una posición de fuerza que ya no existe, lo que imposibilita que la negociación sea suficiente para imponerse. Pero Sonny tampoco es coherente. Él tampoco está en condiciones de imponerse por la vía violenta. Sonny va a aislar al clan Corleone</span><b style="font-family: arial;">, </b><span style="font-family:arial;">unir a sus enemigos y ese recurso imprudente a la fuerza acelerará el declive de la familia. Priorizar las negociaciones o el recurso a la fuerza son, pues, dos posiciones ilusorias.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">El tercer hijo, Michael, comprende que es necesario efectuar una gran reevaluación estratégica. Así que apostará por dejar fuera de juego a aquellos rivales a los que no puede reclutar y negociar con aquellos con quienes sería muy costoso oponerse. Al comienzo es un civil (está alejado de los asuntos de la familia y condena su deriva inmoral) pero será él quien hará eliminar físicamente a los jefes que rechazan pactar con él. Propone una mezcla de política del palo y la zanahoria. Ello permite mejores éxitos diplomáticos que el simple acercamiento institucional y ser un combatiente más eficaz que aquel que no ve más opción que la guerra. Sabe que el clan Corleone</span><b style="font-family: arial;"> </b><span style="font-family:arial;">está debilitado estructuralmente por la evolución global de las relaciones de fuerza y usará a la vez la fuerza y la diplomacia.<br /><br /></span> <span style="font-family:arial;">Es esta posición de Michael la que los autores recomiendan a Obama. Es con esta política del palo y de la zanahoria como hay que tratar con Irán (proponiendo de un lado inversiones, reconocimiento diplomático por EE. UU., un compromiso de no intervención y, por otro lado, la perspectiva de una congelación de todas las inversiones que pondría a Irán de rodillas) y como hay que renovar el sistema de Breton Woods integrando en el mismo a los países BRIC, etcétera. Es así como, a la manera del clan Corleone</span><b style="font-family: arial;">, </b><span style="font-family:arial;">Estados Unidos seguirá siendo el primus inter pares en un mundo que ha cambiado completamente, usando a un tiempo el</span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" > soft</span><span style="font-family:arial;"> y el </span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >hard power</span><span style="font-family:arial;">.<br /><br /></span> <span style="font-family:arial;">Seguramente se podrá decir que apenas quedan ya partidarios de la opción Tom Hagen en Washington. Los seguidores de Sonny tampoco están en su mejor momento. En cuanto al método de Michael, es sobre todo una cuestión de dosificación. Falta que la comparación sea graciosa y el consejo, pertinente."</span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4073230542000599705.post-15276026846524359642009-10-08T16:33:00.006+02:002009-10-13T17:11:41.027+02:00Anticristo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://static.blogo.it/cinemaniablog/fotos-de-anticristo-de-von-trier/hr_Antichrist_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 432px; height: 288px;" src="http://static.blogo.it/cinemaniablog/fotos-de-anticristo-de-von-trier/hr_Antichrist_2.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Horrorosa y bonita. Repugnante y cautivadora. Son algunos de los adjetivos con los que me permito calificar </span><span style="font-weight: bold; font-style: italic;font-family:verdana;" >Antichrist</span><span style="font-family:verdana;">, la última película del director danés </span><span style="font-weight: bold;font-family:verdana;" >Lars Von Trier</span><span style="font-family:verdana;">. No había visto niguna película suya, y había vivido siempre ajeno al debate, recuperado para la ocasión de este último estreno, acerca de si se trata de un genio o de un farsante. Bien, después de haber visto la mencionada obra, no sabría en qué punto entre ambos extremos situarle.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">Antichrist</span></span>, aunque por su título pueda dar a entender lo contrario, no tiene nada que ver con el tema que trataba la película protagonista de la anterior entrada. En este caso, sólo aparecen dos actores(sin contar las fugaces apariciones de un niño): <span style="font-weight: bold;">Willem Dafoe</span> y la para mí desconocida <span style="font-weight: bold;">Charlotte Gainsbourg</span>. Interpretan el papel de un matrimonio que acaba de perder a su único y pequeño hijo. Él, psicólogo de profesión, lo asume con relativa compostura, pero ella se sume en una fuerte depresión aderezada con episodios de angustia que le impiden llevar una vida normal. El marido decide encargarse de su terapia, para lo que la lleva a una casita perdida en medio del bosque a la que llaman Edén</span>, <span style="font-family:verdana;">para que su mujer se enfrente a sus miedos.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Con este pretexto, <span style="font-weight: bold;">Von Trier </span>da rienda suelta a sus divagaciones más oscuras e inquietantes. En un principio la película funciona como un film de terror habitual, destacando sobretodo la angustiosa ambientación sonora y los movimientos de cámara que hacen estremecerte en la butaca de cine, sin que apenas aparezcan los clásicos sustos. Pero a medida que avanza la película, uno va dejándose atrapar por la atmósfera enrarecida que se va forjando entre conversaciones, silencios y miradas, y no puede evitar sentirse cada vez más aterrorizado sin saber muy bien por qué. Es entonces cuando todo explota, cuando se rompe la tensa calma y tienen lugar las polémicas escenas de sexo explícito y las repugnantes secuencias con toques gore, que te dejan totalmente impactado y descompuesto.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Pero la película no impacta únicamente en lo visual, ya que lo que ocurre, al menos en mi caso, tiene un impacto psicológico que sienta como una patada en lo más profundo del alma. Es la única vez que me ha faltado el aliento viendo una película, desde la primera escena a la última. Ante los hechos, el espectador queda perdido, no encuentra explicación para lo que ve, y permanece completamente fascinado por aquello que se le revela en ese momento</span>, <span style="font-family:verdana;">pero que siempre había estado escondido, acechando en los límites de su imaginación. La verdad es que me resulta difícil encontrar las palabras exactas para explicarme con suficiente claridad.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Posteriormente al visionado, uno se pregunta si una mente sana puede idear lo que acaba de ver. La respuesta es no, ya que <span style="font-weight: bold;">Lars Von Trier</span> confesó haber rodado <span style="font-style: italic;"><span style="font-weight: bold;">Antichrist</span></span> a modo de terapia para superar una profunda depresión. Mención aparte merecen las teorías sobre el origen del mal que la película desprende, sobre las que no me voy a extender aquí.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span><br /><span style="font-family:verdana;">Seguramente exagere, pero no soy el primero en considerar el haber visto esta película en el cine como una experiencia difícil de olvidar.</span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div>C. Mordohhttp://www.blogger.com/profile/00382578823745377621noreply@blogger.com0