viernes, 4 de diciembre de 2009

Lo has hecho otra vez, Sam


Pues sí, has vuelto a lograrlo. Has conseguido volver a conmoverme. Y además me has hecho reír.

Sam Mendes parece empeñado en desmontar el mito del american dream y del american way of life. Y parece que se emplea bien en su propósito. Si ya lo consiguió hace 10 años con su opera prima American Beauty(de la que apenas recuerdo nada), el año pasado nos volvió a dejar fascinados, consternados, con su Revolutionary Road. Recuerdo perfectamente, en cambio, la sensación con la que abandoné el cine al ver esta última, el leve shock que me supuso.

Hace poco el mentado cineasta ha estrenado Un lugar donde quedarse, Away we go en su versión original, en la que vuelve a cuestionar y poner en evidencia la aparente felicidad con que se nos engaña en el cine convencional acerca de la forma de vida típica americana. En este caso, se trata de una sencilla road movie con un genial sentido del humor. La historia arranca en el momento en que los protagonistas, Burt y Verona, quedan embarazados. Con seis meses de gestación, los padres de él, el único apoyo con el que cuenta la pareja, decide emprender un viaje de dos años a Europa. Es entonces cuando deciden emprender ellos mismos un viaje, por Estados Unidos, visitando a conocidos y familiares con la esperanza de hallar un buen lugar donde quedarse y establecer su hogar.

A partir de este punto de partida, la película sigue a los protagonistas en su viaje, lleno de situaciones hilarantes debido a los personajes con que se topan, en que descubrirán cómo son y, sobretodo, cómo no quieren ser, ni ellos ni su futura familia.

Como he dicho, se trata de una comedia divertidísima y con un toque de ternura, cosa que se logra en parte por la soberbia actuación de la pareja protagonista. Me gustaría destacar especialmente a John Krasinski. Seguramente no les suene el nombre, pero los fans de The Office lo conocerán como el inolvidable Jim Halpert, prácticamente el único personaje "normal" de entre todos los que componen esta fantástica serie. Es la primera vez que veo al actor fuera de la serie, y he visto reforzada mi teoría de que seguramente se trate del tipo más simpático sobre la faz de la Tierra.

sábado, 21 de noviembre de 2009

¡A profanar se ha dicho!

Es la costumbre: la semana del estreno en cine de una superproducción hollywoodiense, los pobres espectadores televisivos somos sádicamente bombardeados con películas del mismo género o, en caso de tratarse de una saga, anteriores entregas. Siempre ocurre y seguirá ocurriendo durante años. Por eso no es de extrañar que, habiéndose estrenado esta semana Luna Nueva, hayamos podido "disfrutar" estos días en nuestras pantallas de su precuela Crepúsculo y de otro filme remotamente relacionado con el tema general de éstas como Van Helsing.

Habiendo visto ambas a medias, aunque la segunda acudí a verla en su día al cine, he podido darme cuenta de la poca piedad que sus creadores han tenido al destrozar y profanar la mitología clásica vampírica. Tampoco es algo que me moleste en demasía, pues no soy precisamente un fanático del género, pero sí me hace pensar con nostalgia en qué ha quedado de películas como el Drácula de Coppola.

En el primer caso, hay que reconocer que el mal ya estaba hecho en el libro en el que se basa la versión cinematográfica de Crepúsculo. Pero viendo la mitad de la película no cuesta darse cuenta de que se trata de una mierda con mayúsculas(y perdón por la expresión, pero hoy no me encuentro inspirado). Lo mejor del filme seguramente sean los paisajes, ya que la historia no ofrece demasiado atractivo, especialmente para el público no femenino ni adolescente, y los efectos especiales provocan risas y lágrimas a partes iguales. Con malas interpretaciones y un guión absurdo, uno nunca acaba de ver el propósito de su argumento. Como he dicho, toda la ficción vampírica clásica queda destrozada presentándonos unos vampiros que, a pesar de sus cientos de años, van a la moda y acuden al instituto año tras año. Además, no consumen sangre humana sino animal por su conciencia pacifista, algo bastante más fantasioso que lo que planteaba la serie Blade. El colmo llega cuando se desvela el motivo por el que no se exponen al sol: no se trata de alergia, resulta que tienen la piel recubierta de una especie de purpurina dorada bastante mal lograda, que sólo se ve con luz solar, y que les hace recordar lo que son y que sean reconocidos como no humanos.

En cuanto a Van Helsing, es inevitable pensar que su argumento está planteado en forma de cachondeo puro y duro. Aquí encontramos un popurrí de mitos vilmente deshonrados: un conde Drácula afeminado y soso, hombres lobo, arpías voladoras, un monstruo de Frankenstein con la cabeza cuadrada y tornillos; todo revuelto y sin ningún tipo de lógica, aderezado con la presencia de secundarios estúpidos y todo tipo de aparatos de corte steampunk(ballestas automáticas, escopetas y otros aparatos más propios de Batman o el Profesor Gadget). Y por si fuera poco, culminando tamaño sinsentido con uno de los finales más ridículos de la década, de aquellos con nubes con forma de caras.

En fin, sólo queda esperar al próximo superestreno, a ver qué tema toca destrozar...Se admiten apuestas.

domingo, 25 de octubre de 2009

Obama y el clan Corleone




Tal como dejé claro con el fútbol, en este blog pocas veces se va a hablar de política pues, aunque sea un tema que pueda incluir entre mis intereses generales, no entra dentro de la temática para la que está pensada este espacio. Aun así, puede que alguna vez, como en este caso, sea posible encontrar algún aspecto en que exista una relación clara o remota entre política y cine o televisión. También en esta ocasión, por primera vez el texto que sigue no es obra mía, sinó que está extraído directamente de la edición de
La Vanguardia del 24-10-09, y su autor es Pascal Boniface, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París. Este hecho extraordinario tiene poco que ver con la pereza habitual de un domingo al mediodía...


OBAMA Y EL CLAN CORLEONE

"Si recordamos la película
El Padrino, don Vito Corleone (interpretado por Marlon Brando), al frente de la más poderosa organización de la ciudad, es abatido por cinco disparos cuando pasea tranquilamente por las calles de Nueva York. ¿Cómo reaccionar?, se preguntan sus tres hijos. ¿Cómo preservar el dominio del clan ante este ataque sorpresa?

En un librito muy espiritual, The Godfather doctrine, dos autores estadounidenses, John Hulsman y Wess Mitchell, hacen una comparación entre la película El Padrino y la política exterior americana. ¿Acaso el filme de Coppola puede dar algunas indicaciones sobre el modo en que Estados Unidos debe conducir sus relaciones internacionales? Sí, responden los autores presentando la "doctrina del padrino". ¿Es que no existe un paralelismo entre el ataque contra Vito Corleone y los atentados del 11 de septiembre? En los dos casos la potencia dominante, segura de su fuerza, ha sido atacada violentamente y por sorpresa por un adversario al que no vio venir y del cual no ha entendido sus motivos.

Tres de los hijos de don Vito quieren responder de modo distinto a este nuevo desafío. Sus hijos representan, de hecho, las tres opciones de la política exterior norteamericana: la creencia en las instituciones, el neoconservadurismo y el realismo.

Tom Hagen, el hijo adoptivo de origen germanoirlandés, es el consejero jurídico de la familia. Cree que hay que responder a la amenaza del clan Sollozzo con una serie de acuerdos y compromisos recíprocos, lo que corresponde un poco a la visión liberal e institucional en boga en las filas demócratas y que encarnó, en su día, Woodrow Wilson. De hecho lo que desea tras el ataque a su padre es volver rápidamente al mundo que existía antes. Por ello propone un acuerdo con las otras familias. Su leitmotiv es: "Hay que hablar con ellos", partiendo del principio de que ellos prefieren el statu quo a la revolución y están interesados en apoyar un retorno a la paz si tienen mejor acceso a algunos recursos.

El segundo hijo, Sonny, desencadena una ofensiva unilateral y violenta contra la familia Sollozzo. Quiere arreglar el problema rápidamente y por la fuerza porque cree que eso juega a su favor. Su precipitación le lleva a no analizar la correlación de fuerzas. Es, de hecho, la posición neoconservadora. El intento de Sonny de asesinar a su cuñado, sospechoso de traición, que se transforma en una trampa en la que es asesinado es, de hecho, la guerra de Iraq, la trampa que se cerró sobre Estados Unidos.

La posición de Tom no puede tener éxito porque se efectúa a partir de una posición de fuerza que ya no existe, lo que imposibilita que la negociación sea suficiente para imponerse. Pero Sonny tampoco es coherente. Él tampoco está en condiciones de imponerse por la vía violenta. Sonny va a aislar al clan Corleone, unir a sus enemigos y ese recurso imprudente a la fuerza acelerará el declive de la familia. Priorizar las negociaciones o el recurso a la fuerza son, pues, dos posiciones ilusorias.

El tercer hijo, Michael, comprende que es necesario efectuar una gran reevaluación estratégica. Así que apostará por dejar fuera de juego a aquellos rivales a los que no puede reclutar y negociar con aquellos con quienes sería muy costoso oponerse. Al comienzo es un civil (está alejado de los asuntos de la familia y condena su deriva inmoral) pero será él quien hará eliminar físicamente a los jefes que rechazan pactar con él. Propone una mezcla de política del palo y la zanahoria. Ello permite mejores éxitos diplomáticos que el simple acercamiento institucional y ser un combatiente más eficaz que aquel que no ve más opción que la guerra. Sabe que el clan Corleone está debilitado estructuralmente por la evolución global de las relaciones de fuerza y usará a la vez la fuerza y la diplomacia.

Es esta posición de Michael la que los autores recomiendan a Obama. Es con esta política del palo y de la zanahoria como hay que tratar con Irán (proponiendo de un lado inversiones, reconocimiento diplomático por EE. UU., un compromiso de no intervención y, por otro lado, la perspectiva de una congelación de todas las inversiones que pondría a Irán de rodillas) y como hay que renovar el sistema de Breton Woods integrando en el mismo a los países BRIC, etcétera. Es así como, a la manera del clan Corleone, Estados Unidos seguirá siendo el primus inter pares en un mundo que ha cambiado completamente, usando a un tiempo el soft y el hard power.

Seguramente se podrá decir que apenas quedan ya partidarios de la opción Tom Hagen en Washington. Los seguidores de Sonny tampoco están en su mejor momento. En cuanto al método de Michael, es sobre todo una cuestión de dosificación. Falta que la comparación sea graciosa y el consejo, pertinente."

jueves, 8 de octubre de 2009

Anticristo


Horrorosa y bonita. Repugnante y cautivadora. Son algunos de los adjetivos con los que me permito calificar Antichrist, la última película del director danés Lars Von Trier. No había visto niguna película suya, y había vivido siempre ajeno al debate, recuperado para la ocasión de este último estreno, acerca de si se trata de un genio o de un farsante. Bien, después de haber visto la mencionada obra, no sabría en qué punto entre ambos extremos situarle.

Antichrist, aunque por su título pueda dar a entender lo contrario, no tiene nada que ver con el tema que trataba la película protagonista de la anterior entrada. En este caso, sólo aparecen dos actores(sin contar las fugaces apariciones de un niño): Willem Dafoe y la para mí desconocida Charlotte Gainsbourg. Interpretan el papel de un matrimonio que acaba de perder a su único y pequeño hijo. Él, psicólogo de profesión, lo asume con relativa compostura, pero ella se sume en una fuerte depresión aderezada con episodios de angustia que le impiden llevar una vida normal. El marido decide encargarse de su terapia, para lo que la lleva a una casita perdida en medio del bosque a la que llaman Edén, para que su mujer se enfrente a sus miedos.

Con este pretexto, Von Trier da rienda suelta a sus divagaciones más oscuras e inquietantes. En un principio la película funciona como un film de terror habitual, destacando sobretodo la angustiosa ambientación sonora y los movimientos de cámara que hacen estremecerte en la butaca de cine, sin que apenas aparezcan los clásicos sustos. Pero a medida que avanza la película, uno va dejándose atrapar por la atmósfera enrarecida que se va forjando entre conversaciones, silencios y miradas, y no puede evitar sentirse cada vez más aterrorizado sin saber muy bien por qué. Es entonces cuando todo explota, cuando se rompe la tensa calma y tienen lugar las polémicas escenas de sexo explícito y las repugnantes secuencias con toques gore, que te dejan totalmente impactado y descompuesto.

Pero la película no impacta únicamente en lo visual, ya que lo que ocurre, al menos en mi caso, tiene un impacto psicológico que sienta como una patada en lo más profundo del alma. Es la única vez que me ha faltado el aliento viendo una película, desde la primera escena a la última. Ante los hechos, el espectador queda perdido, no encuentra explicación para lo que ve, y permanece completamente fascinado por aquello que se le revela en ese momento, pero que siempre había estado escondido, acechando en los límites de su imaginación. La verdad es que me resulta difícil encontrar las palabras exactas para explicarme con suficiente claridad.

Posteriormente al visionado, uno se pregunta si una mente sana puede idear lo que acaba de ver. La respuesta es no, ya que Lars Von Trier confesó haber rodado Antichrist a modo de terapia para superar una profunda depresión. Mención aparte merecen las teorías sobre el origen del mal que la película desprende, sobre las que no me voy a extender aquí.

Seguramente exagere, pero no soy el primero en considerar el haber visto esta película en el cine como una experiencia difícil de olvidar.

martes, 22 de septiembre de 2009

La semilla del spoiler



Después de un verano prácticamente desconectado de la televisión, aunque siempre atento a la programación por si hubiera algún filme de mi interés(como ocurrió efectivamente con Little Children, Cowboy de medianoche o Solo ante el peligro) pretendo volver a publicar comentarios y opiniones de forma más o menos asidua en este espacio, aunque estoy seguro de que nadie había notado mi ausencia. Precisamente la mencionada atención a la parrilla televisiva me hizo recordar ayer, al ver que echaban La Semilla del Diablo en la cadena catalana 8Tv, un post que tenía en mente cuando vi la película hace poquísimos meses y que no se llegó a materializar.

El hecho de que la mayoría de nosotros(me refiero a un "nosotros" de carácter territorial) no seamos capaces de entender con fluidez la lengua inglesa hace que en la mayoría de cines y cadenas de televisión nos lleguen las películas de habla no hispana dobladas al castellano o catalán. Esto no es algo necesariamente malo, pues el trabajo de traducción y doblaje suele ser bastante correcto en los mejores de los casos. Pero en otros casos alguna de estas dos partes de adaptación falla por algún extraño motivo. Sólo hay que ver This is England doblada al castellano para comprobar cómo un mal doblaje puede quitarle la gracia a una película decente. En otros casos los fallos son de traducción, pero la mayoría de las veces no los detectamos. En otras ocasiones, sobre todo en la adaptación de títulos cinematográficos, nos damos cuenta que, ya sea por fines comerciales o estéticos, la traducción no se corresponde exactamente o ni siquiera remotamente con el título original.

¿A qué viene todo esto? En el peor de los casos de estos últimos errores, los fallos deliberados de traducción del título de una película pueden ser completamente inadecuados. El mejor ejemplo es la mencionada La Semilla del Diablo, cuyo título original es Rosemary's Baby. Como puede apreciarse a simple vista, nada que ver el título adaptado con el original.
Rosemary's Baby, obra maestra de Roman Polanski estrenada en 1968, gira en torno al embarazo de Rosemary poco después de mudarse con su marido a un lujoso apartamento en un edificio legendario por las oscuras historias que esconden sus paredes. Pronto Rosemary se da cuenta de que algo no va bien en su embarazo, y la extraña actitud de su distante marido, sus excéntricos y ancianos vecinos y su sospechoso ginecólogo y su insistente empeño por hacerle creer que todo va bien confirman sus peores sospechas, provocadas a su vez por un sueño en el que la mujer hace el amor con un extraño y espantoso ser.

Pronto se sugiere al espectador que, en efecto, Rosemary puede estar embarazada del mismísimo demonio. Y aquí es donde el funesto título castellano nos juega una mala pasada. Hasta el final, hasta la última escena, nunca queda claro si Rosemary alberga realmente en su interior al vástago del demonio o sólo se trata de la fantasía chalada de sus satánicos vecinos. Aunque se insinúa la respuesta, nunca se sabe del cierto hasta llegar al fin. Pero no hay que preocuparse, pues para solucionar este problema está el título nefastamente traducido, ideado por el verdadero hijo de Satanás, que nos despeja toda duda antes incluso de empezar a visionar esta magnífica obra.

domingo, 9 de agosto de 2009

Váyase, señor González

Porque estoy harto de usted, porque no le soporto. Porque trabaja en una cadena de televisión que vive del morbo y la basura. Porque su programa nocturno es una mierda, por más que se empeñe en intentar hacernos creer lo contrario. Porque, además, pretende hacernos creer que su programa es serio y profundo, cuando sólo es tendencioso y sensacionalista. Porque se atreve a dar lecciones morales sin entidad suficiente. Porque anunció hace unos años que se retiraba y al cabo de nada volvió sin haberse marchado. Porque ama el dinero más que a su propia madre. Porque su cara me ofende. Porque cuando escucho su voz me invade un deseo irrefrenable de aplastar el televisor para no volver a oír los rebuznos que profiere con su hocico. Porque siempre que voy de vientre me acuerdo de usted. Porque ha logrado, junto a Mercedes Milà, convertirse en el personaje televisivo que más me repugna. Belén Estéban no cuenta porque no me parece correcto mofarse de personas con discapacidad psíquica. Porque con compatriotas como usted, en ocasiones me avergüenza ser catalán. Porque su ego y su prepotencia no conocen límites. Porque los que pensamos así somos legión. Porque si hace falta se lo pediré por favor. Por todo esto y por mil razones más, váyase, señor González, váyase.

sábado, 4 de julio de 2009

Estoy más que harto y no pienso seguir soportándolo!


Quiero que os levantéis ahora mismo, vayáis a la ventana, la abráis, saquéis la cabeza y gritéis: ¡Estoy más que harto y no pienso seguir soportándolo!” Esto es lo que grita delante de una cámara varias veces el presentador Howard Beale en su programa de noticias, y acto seguido miles de personas sacan la cabeza por la ventana de sus casas gritando que están más que hartas y no piensan seguir soportándolo.

Network, película dirigida por Sidney Lumet en 1976, gira en torno a una cadena de televisión norteamericana y sus dirigentes. También en torno al presentador de noticias Howard Beale, que pierde la cabeza y se convierte en un predicador iracundo, disparando la audiencia de su casi acabado programa. Los directivos de la cadena no dudan en aprovechar su locura para convertir el noticiario en una especie de show en que Beale ejerce de agitador de masas con sus discursos, subiendo la audiencia semana tras semana.

Network se estrenó en España con la coletilla Un mundo implacable. Y en efecto, a lo largo de la película se va destapando un mundo en que todo cambia de la noche a la mañana, en que nada importa salvo la audiencia, por la cual los directivos televisivos son capaces de hacer lo que sea, llegando a límites increíbles y demenciales. En este mundo no hay lugar para la verdad ni la ética. Curiosamente, aunque cuente con 30 años a sus espaldas, cuando uno ve el film le parece rabiosamente actual, ya que refleja exactamente el espíritu que reina en la televisión de hoy en día en nuestro país (que es la televisión que conocemos). Cualquiera que vea los informativos de Tele 5 se dará cuenta de lo poco que importa la verdad y la actualidad si no ofrece espectáculo.

De esta misma forma, el discurso que sale de la boca del enajenado presentador de televisión es perfectamente coherente y sigue teniendo sentido actualmente. La televisión nos controla y nos influye más de lo que creemos, y de una forma inevitable. Como dice Beale, no podemos apagarla porque no tenemos nada más, nos ha seducido de tal forma que nuestra vida se nos antoja imposible sin ella. No me gusta ser catastrofista, pero esta película da que pensar, y mucho.

Para acabar, me gustaría señalar que la Asociación de Escritores de Estados Unidos ha calificado el guión de Network como uno de los diez mejores guiones de la historia del cine. Pese a mi poco criterio, puedo asegurar que razón no les falta.

miércoles, 17 de junio de 2009

Perdidos (1)

Al final, como uno más, he acabado por sucumbir. Empecé descargándola de internet por presiones familiares y acabé viéndola grabada en televisión, pero sí, finalmente me he tragado la primera temporada entrera de Perdidos. Más por curiosidad que por otra cosa. No tenía otro remedio, harto de oír en boca de cientos de personas que es la mejor serie que ha habido jamás. La mejor serie! La mejor de todas, desde la primera que existió hasta la que va a estrenarse mañana! Y yo perdiéndomela! Bien, pues a continuación voy a exponer algunas de las conclusiones que he sacado después del visionado de su primera temporada.

En primer lugar, algo que ya sabía: Perdidos se basa en una serie de misterios inexplicables, que se van acumulando uno detrás de otro hasta que a los guionistas les dé por revelar su respuesta, si es que existe alguna, asumiendo el riesgo de que dicha respuesta pueda carecer de toda lógica y limtarse a un "porque sí, y punto". La verdad es que desalienta un poco que alguien que está viendo la quinta temporada te cuente que aún no se sabe porque hay osos polares en medio de la selva, por poner un ejemplo. Y eso que aún no ha adquirido el carácter metafísico del que he oído hablar, y que ha generado hasta libros especulando sobre sus significados.

Por otro lado, en ningún momento me ha parecido una serie original, fuera de lo normal. Quizás es porque, después de tanto tiempo oyendo comentarios y spoilers de todo tipo, uno se espera cualquier cosa, y ya nada le sorprende. Además, me ha decepcionado ver que ya conocía a la mayoría de personajes principales. Todos los conocemos. No son más que estereotipos, clichés que hemos visto en multitud de películas. Tenemos al médico guaperas al que le gusta hacerse el héroe; a otro guaperas rubio, cínico y antipático; a la chica mona que no sabe por cuál de los dos guaperas decidirse; al asiático que no se entera de nada, que trabaja como matón y que trata mal a su mujer; al árabe ex-militar; a la estrella del rock toxicómana de capa caída; a la chica embarazada a punto de salir de cuentas sin un padre para su bebé; al negro que tiene que hacerse cargo de su hijo al que apenas conoce... Si hasta tienen a un gordo gracioso, el colmo de la originalidad. Pero esto no acaba aquí, ya que todos y cada uno de ellos tiene un pasado oscuro y/o una vida de mierda. Pese a todos los flashbacks y misterios personales, únicamente un personaje logra atraer mi atención, que es, cómo no, el calvo paralítico convertido en rey de la selva, el úncio que goza de cierto carisma.

De acuerdo, ya lo sé, esta primera temporada es una mera introducción a todo lo que ha de llegar. Pero únicamente puedo valorar lo que he visto, y lo que he visto me ha dejado poco más que indiferente. Y tampoco es que la encuentre una mala serie, en realidad es bastante entretenida y tiene muy buenos momentos, pero no me ha parecido nada fuera de lo común. Espero que la segunda temporada sea tan buena como se dice, y que en mi próxima valoración de esta serie tenga que desmentir punto por punto todo lo que he comentado.


sábado, 13 de junio de 2009

Camino a la reposición


La primera vez que vi Camino a la perdición (de Sam Mendes, quien recientemente nos deleitó con el peliculón que es Revolutionary Road) fue hace unos cuantos años, en un avión, ya empezada y continuamente cabeceando hasta caer preso del sueño. Cuando la emitieron hace un tiempo por televisión apenas recordaba nada de la película, y pude comprobar que se trataba de una obra realmente buena. Por eso hace poco me supo mal comprobar que acababan de echarla otra vez y me la había perdido. Pero, por suerte, si para algo sirve la TDT, aquel gran invento (modo sarcástico on), es para ver reposiciones, y así es como he podido disfrutar de nuevo con tan apasionante film.

Se trata de una película de gángsters, género que tanto gusta a todo el mundo, pero un tanto peculiar. Cuenta la historia de Michael Sullivan (Tom Hanks), un fiel trabajador para el líder de un clan mafioso (Paul Newman), y su hijo, de nombre idéntico. La relación entre padre e hijo no es demasiado estrecha hasta que, por un simple error, por mala suerte, pierden a toda su familia y deben iniciar un viaje para salvar su vida. Es entonces cuando Michael se ve obligado a elegir entre su lealtad, la venganza o la supervivencia, emprendiendo un camino que sólo tiene una salida posible, pero que por lo menos servirá para estrechar lazos con su hijo.

El film se desmarca de la típica historia de gángsters en un sentido: es un drama en toda regla. Pocas cosas buenas les ocurren a padre e hijo a lo largo de las dos horas de metraje. Cuando por fin acaba, el espectador se descubre totalmente emocionado por lo que acaba de ver y oír. Y no sólo por el contenido, sino además por la forma. Perfectamente ambientada, la película huye de los tópicos del género y adquiere carácter propio. Los pocos tiroteos que tienen lugar están planteados de forma original y nada gratuita, culminando en una silenciosa escena bajo la lluvia digna de ser recordada. La banda sonora logra transmitir una melancolía que dura de principio a fin. La presencia de Paul Newman, que en paz descanse, o el curioso personaje interpretado por Jude Law, entre otras cosas, añaden los alicientes que hacen a esta película altamente recomendable, tanto si te gusta el género o no.

Para acabar, me gustaría ofrecer alguna recomendación a los señores programadores de canales como Neox: si realmente quieren conseguir audiencia en sus canales de TDT, sigan con las reposiciones de contenidos de sus canales principales hasta que tengan algo novedoso que ofrecernos que sea realmente bueno. Últimamente se han empezado a introducir en estos canales series y programas que denotan una total falta de voluntad de inversión y esfuerzo, que únicamente desplazan aún más a estos canales y su audiencia.

sábado, 30 de mayo de 2009

Tres, señora, tres


“Copa, Lliga i Champions”. Las tres y en ese orden, tal como pronosticaba la canción de Crackòvia, repetida hasta la saciedad. “Una temporada per emmarcar” también decía la canción, y desde luego razón lo le faltaba.

Pocas veces se va a hablar de fútbol en este blog, más que nada porque el que escribe entiende muy poco, o nada, del tema. Pero no puedo resistirme a dedicar unas líneas al equipo que tantas alegrías nos ha dado a los culés en los últimos meses. De todas formas, intentaré evitar el utilizar la retórica propia de la prensa deportiva, ya que me resulta del todo ridícula.

Aunque el orden en que el F.C. Barcelona ha conquistado cada título es estrictamente el de la canción, la victoria moral de la Liga se produjo mucho antes que la oficial, concretamente el 2 de mayo, fecha tan celebrada en los mandriles. Pero el pasado 2 de mayo tuvo un carácter mucho más épico para los barcelonistas que el de 1808. El Barça humillaba al Real Madrid marcándole seis golazos en su propio campo, después de semanas aguantando la prepotencia y la estúpida incontinencia verbal por parte de los medios afines al club blanco y algunos aficionados. Nuevamente, la modestia y educación de unos triunfó sobre el mal gusto y la poca elegancia de unos otros. Pocas personas han disfrutado tanto viendo un partido de fútbol como los culés que asistimos a tan gloriosa victoria aquel sábado.
El segundo triunfo blaugrana tuvo lugar en otra noche cargada de simbolismo. El Barça se alzó con la Copa del Rey, dejando a su paso una sonora pitada dedicada al monarca y su himno por parte de las ejemplares aficiones vasca y catalana. La breve tormenta mediática que siguió al acto dejó claro a las altas esferas políticas y a muchos ciudadanos que no todo es como ellos desearían, por más que se empeñen en negarlo.
Finalmente, el equipo catalán conquistó Europa, tras una clasificación ajustadísima, en un partido que resultó más fácil de lo normal, contra un rival que parecía el Manchester City más que el United.

Por todo esto y más, quiero felicitar a todo este equipo que ha logrado lo que ningún club español ha hecho jamás, de la misma forma que nos ha demostrado a los que hace menos de un año desconfiábamos de la poca experiencia de Guardiola que con esfuerzo y dedicación se pueden lograr grandes cosas. Lástima que haya quien aún no ha aprendido a ver la cosas tal como son, y cito : “El mundo entero se rinde a la evidencia: el mejor fútbol del planeta lo hace el Barça a imagen y semejanza de La Roja.” (Marca.com). Según este periódico, Xavi, Iniesta y Puyol adoptaron su estilo de juego en el Barça de la selección española. En fin, creo que no es necesario ningún comentario al respecto o, lo que es lo mismo, no hase falta desir nada más.

lunes, 11 de mayo de 2009

El último superviviente


Los domingos suelo levantarme hacia el mediodía, a veces con dolor de cabeza y el estómago revuelto, y siempre sin ganas de hacer nada. En ocasiones me da por encender la tele para buscar algo sencillo y entretenido que me mantenga un rato distraído. Y últimamente he dado con el programa perfecto: El último superviviente, emitido en Cuatro los sábados y domingos por la mañana.

El último superviviente es un británico llamado Bear Grylls, un tipo con acento marcado, ex militar y experto en situaciones de supervivencia. El planteamiento de esta especie de documental es sencillo: sueltan a Grylls desde un helicóptero en medio de un territorio hostil, y únicamente armado con un cuchillo y una cantimplora ha de abrirse paso hasta la civilización. El espectro de territorios en que tienen lugar sus aventuras es muy amplio: desde el desierto hasta la alta montaña, pasando por selvas y bosques de todo tipo y de todo el mundo. El objetivo es ofrecer consejos de supervivencia y entretener al público. Para ello Bear Grylls, que pese a su aspecto no debería tardar mucho tiempo en pasar a la galería de héroes modernos como Chuck Norris o Jack Bauer, escala montañas, se sumerge en aguas heladas, fabrica balsas y refugios con sus propias manos y encuentra agua donde no parece haberla.

Sin duda el planteamiento es realmente interesante, y ofrece la imagen de que el ex militar británico realmente las pasa canutas en medio de la nada. Pero, como ocurre con cualquier documental, tras verlo un rato uno se da cuenta de que efectivamente hay trampa. Nada más descender del helicóptero en aparente soledad, a Grylls lo sigue en todo momento un equipo de filmación que lo graba desde diferentes ángulos y perspectivas. Así, no resulta muy verosímil que el personal pase por las mismas situaciones que él con todo el equipo a cuestas, de manera que se deduce que el superhombre tampoco pone en peligro su vida tal como pretende hacer creer. Pero la verdad es que lo parece, y mucho, pues se le puede ver claramente escalando lianas a diez metros de altura, encaramado a una pared rocosa atado con una cuerda semipodrida o remando sobre una balsa hecha de troncos y ramas.

Como ya he dicho, el objetivo de esta serie es ofrecer consejos de supervivencia y entretener, y sin duda los supera con creces. Por un lado, Grylls ofrece una enorme cantidad de indicaciones útiles para sobrevivir en el caso de que a uno le dé por perderse en medio de la selva o el desierto. Y por otro, el programa resulta muy entretenido, además de ofrecer paisajes preciosos. Pero su punto fuerte es, sin duda, el relacionado con la búsqueda de alimento. Nadie duda que el aventurero tenga a su disposición los bocatas que debe llevar el equipo, pero él se empeña en probar cualquier cosa comestible que encuentra a su paso. Desde todo tipo de bayas y frutos amargos, hasta asquerosos escorpiones, arañas o erizos cuyo contenido tiene un aspecto fecal que tira de espaldas. Este superhombre no vacila un segundo a la hora de morder una gamba cruda o exprimir directamente sobre su boca el contenido a medio digerir del estómago de un camello muerto para obtener un poco de agua. Y su cara de asco al hacerlo no tiene precio. Antes de comer y con resaca, arcadas aseguradas.

jueves, 30 de abril de 2009

Nui!

Hoy voy a ser poco original y voy a hablar bien(cómo no) de Muchachada Nui. Este show, heredero directo de La Hora Chanante, es uno de los mejores programas de humor que puede uno encontrar actualmente en la televisión nacional. Reconozco que en un principio no era santo de mi devoción, pero a medida que lo visiona, uno no puede evitar caer en las garras de su desquiciado sentido del humor y de su particular puesta en escena. Porque ésas son las principales bazas de las que goza este espacio dirigido por Joaquín Reyes.

En primer lugar, el sentido del humor del que hace gala mezcla extraordinariamente lo cotidiano con lo rematadamente surrealista, obteniendo así una combinación desternillante. Incluso cuando aparentemente no hay chiste en sí, el guión está tan cuidado y las interpretaciones tan logradas que pueden hacerte reír con una tontería como una casa. En cualquier momento, la dicción del mencionado Reyes, la contundencia de Ernesto Sevilla o los ojos y sonrisa iluminados de Julián López son capaces de hacerte estallar en una sonora carcajada.

Por otro lado, la estética que impregna el programa es muy curiosa. Seres con formas inimaginables sirven tanto para ilustrar la sintonía inicial como para sacarte una sonrisa en la transición entre skecthes. El logradísimo maquillaje hace que un actor pueda parecerse de forma sorprendente a cualquier famoso que exista en el mundo. Los escenarios son a cada cual más pintoresco. Incluso en ocasiones consiguen recrear al detalle la estética(así como el guión y la dirección) de géneros cinematográficos tan clásicos como los detectivescos o policíacos americanos, donde destaca la magnitud de Raúl Cimas como actor.

Otros elementos como la mezcla de lo urbano y lo rural o vídeos de animación tan rocambolescos como las aventuras de una cinta VHS pasada de moda o las de una adolescente que obedece al hombre que vive en su espejo, hacen de Muchachada Nui un programa francamente original y divertido, que a medida que uno lo ve va quedando atrapado en su singular atmósfera.

domingo, 12 de abril de 2009

Lo que queda de la vida



Lo que queda del día, dirigida por James Ivory, está ambientada en una mansión inglesa en la década de los 30 del siglo XX. Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de la historia contemporánea sabrá que en aquella época Europa entera estaba en tensión ante el auge de los fascismos y en concreto ante la llegada de Hitler al poder y el rearme de Alemania. En ese contexto, la película cuenta como el amo de la mansión en cuestión, un aristócrata inglés con mucha influencia en la política y con ideas afines a la Alemania nazi, organiza una serie de reuniones con políticos muy influyentes de las principales potencias mundiales para propiciar un acercamiento del resto del mundo hacia Alemania. Lo interesante es que vemos la historia desde los ojos del mayordomo y jefe del servicio de la casa, Stevens(magníficamente interpretado por Anthony Hopkins). Pero paralelamente a los acontecimientos políticos, la trama sigue la relación de éste con el ama de llaves, la señorita Kenton(Emma Thompson).

Stevens es un hombre que vive para su trabajo, que durante toda su vida ha perdido completamente su vida privada para dedicarse única y exclusivamente a la profesional. Muestra una capacidad inusual para retener sus sentimientos, aunque quizás se trate de una incapacidad inusual para expresarlos. Pero su vida empieza a cambiar cuando llega el ama de llaves, y durante años se van enamorando uno del otro.
Quiero hacer un paréntesis aquí para declararme un ferviente detractor de los dramas románticos, pues me suelen aburrir sobremanera. Mas no nos encontramos ante este tipo de películas, pues aquí no aparece ni una pizca de romanticismo ni momentos sensibleros.
Como decía, el mayordomo y el ama de llaves se enamoran. Lo que en otra historia puede parecer algo bonito y entrañable, en esta no se ofrece esta visión. El amor que sienten es un amor no declarado, y desde luego no deseado por parte de Stevens. La pareja(en el sentido de que son dos personas, no en el de una pareja estable) en casi ningún momento mantiene contacto físico, y las muestras de cariño del uno hacia el otro son inexistentes. Puede parecer una trama poco atractiva, y sin duda lo sería sin las magníficas interpretaciones de los actores protagonistas. Anthony Hopkins, en uno de sus mejores papeles, consigue mostrar en todo momento lo que siente el personaje con tan sólo una mirada o un silencio. Siempre serio, inmutable, siempre atento únicamente a su trabajo, pero sus ojos lo revelan todo. Incluso la más que notable actuación de su compañera de reparto empequeñece ante la soberbia de Hopkins. En la memoria de aquellos que hayan visto la película permanecerá aún la escena del libro, con toda su pasión contenida.

La película también invita a una reflexión acerca de la importancia de no dejar escapar las oportunidades, ya que uno puede llegar a arrepentirse por ello toda su vida.

miércoles, 1 de abril de 2009

OIKmentns?

Un extraño fenómeno que suele ocurrirle a mucha gente es el quedarse viendo un programa de mierda que empieza justo al terminar otro que le gusta en la misma cadena, sólo por la pereza de hacer zapping. Cada martes, después de disfrutar del genial APM? en TV3, caigo preso de este ataque de vagancia y me trago una parte del programa que ponen a continuación: OIKmentns?.

Se trata de un programilla dedicado a los adolescentes, en que se tocan temas (nunca mejor dicho) que tienen que ver con esta etapa de la vida. Un presentador y varios colaboradores dirigen el programa en un plató lleno de púberes, a los que también vemos dando su opinión sobre el tema en cuestión en grabaciones de 2 en 2, emulando el típico esquema de las parejas de niños opinando sentados en pupitres.

En un principio puede parecer una propuesta interesante, en especial para aquellos que se encuentren en esta épica etapa de la vida o los que hace muy poco que la hemos pasado, sin llegar totalmente a salir de ella. Aunque, por otra parte, es lógico esperar que los temas que se debatan sean bastante tópicos así como las intervenciones por parte de los “críos”. Pero, por una serie de errores, el resultado final es bastante frustrante.

En primer lugar, tanto el presentador como los colaboradores parecen totalmente fuera de lugar. El conductor del programa, no sé si adrede o sin quererlo, intenta patéticamente establecer una relación de complicidad con los adolescentes, pero únicamente deja patente que está desfasado y no se entera de nada. En la realidad muchos padres toman esta actitud, y el resultado provoca una mezcla de pena y risa.

Otro personaje que logra despertar cierto rechazo es un tipo conocido en Catalunya como Toni Moog, que la verdad no sé muy bien a qué se dedica o se ha dedicado. Este individuo, que en la mayoría de apariciones parece que vaya totalmente colocado, intenta acercarse (también patéticamente) a los adolescentes mediante otra actitud: la del rebelde que supera la treintena resistiéndose a madurar, intentando siempre ser el más malo de la clase. Imagino que son exigencias del guión, pero el tipo consigue sacarme de quicio.

El otro principal fallo se comete en la selección de los participantes adolescentes. Estadísticamente hablando, se puede decir que la muestra no es representativa de la población. La manera de seleccionar a los participantes es muy simple: se va a los colegios y se escoge a una serie de voluntarios. No pretendo que traigan a chavales contra su voluntad, pero el hecho de que sean voluntarios supone que pasan el “filtro” los más extrovertidos de la clase, entre los que se incluyen los listillos repelentes, los típicos “notas”. Además, el único caso que conozco de un colegio de donde hayan sacado participantes es uno de mi pueblo, un colegio privado, por lo que imagino que todos proceden de este tipo de centros. El resultado de esta selección es un plató lleno de adolescentes de varias edades, todos catalanoparlantes y con sudadera de marca. No hay ni inmigrantes(la única excepción fue uno con acento argentino), ni charnegos ni peloceniceros. No sólo eso, sinó que la mayoría de intervenciones son por parte de chavales pesados y repelentes, que intentan ser graciosos soltando gilipolleces sobre temas tan tópicos como el sexo o la fieshta. También tienen a un grupo de padres encerrados en una sala aparte, que intervienen muy poco y únicamente para decir cosas tan interesantes como “mi hijo es un vago que no se hace la cama”.


Por lo tanto, desde aquí recomiendo que no pierdan el tiempo viendo semejante porquería y se molesten en cambiar de canal, que no cuesta tanto. Un servidor, por su parte, seguirá intentándolo.

lunes, 30 de marzo de 2009

Todavía sigo preguntándome por qué he abierto un blog. Siempre he creído que el blog es un instrumento inventado para todos aquellos individuos solitarios, dotados de un inmenso ego y de una extraña necesidad de compartir sus irrelevantes opiniones con los demás. Bien, seguramente ese es el motivo de la apertura de este espacio: soy uno de ellos. El hecho de estar escribiendo esto me ha convertido oficialmente en uno de ellos.


He intentado compartir mi opinión por otras vías, pero ha sido un fracaso. Mi familia está demasiado entretenida con el crack para querer escucharme. Mi novia y amigos se han hartado de que intente imponerles mis puntos de vista por las buenas o por las malas. También he probado en bares, pero allí la gente es muy egoísta. “Esta mañana ha muerto mi madre”, me dice uno; “El médico dice que mi cáncer de pulmón es incurable”, me cuenta otro. Pero bueno! Y a mí qué me importa? Estoy intentando darte mi opinión sobre Mira Quién Baila! Los borrachos son los únicos que escuchan, pero en seguida se olvidan de lo que han escuchado.


Por fin caí en la cuenta de que hay un espacio donde podía dar mi opinión y la gente podía pasar de ella sin que me ofenda y me ponga violento. Así que aquí estamos. El lector que pase por aquí podrá encontrar mi opinión sin poco fundamento sobre, básicamente, aquello que veo y oigo: cine, televisión, literatura, filosofía, arte… Bueno, fundamentalmente cine y televisión, para qué nos vamos a engañar. Una última advertencia: no me extrañaría que me cansase de esto bastante rápido y quede abandonado a los pocos días.