martes, 27 de julio de 2010

Canciones de cine: California Dreamin' (Chungking Express)


Nunca he sido muy dado a escuchar bandas sonoras de películas, ni siquiera aquellas que me hayan llamado especialmente la atención. Me gusta pensar en los discos como algo más que una recopilación de canciones, considero que son obras en conjunto a las que los grupos o artistas que han compuesto cada uno de sus temas han querido dar una cohesión y unidad, una entidad más allá del mero sumando de diferentes combinaciones de sonidos armónicos y texto, además de suponer en muchos casos la crónica de una época.


No obstante, de un tiempo a esta parte me viene ocurriendo un hecho que podría explicarse como un mecanismo de condicionamiento clásico de ensayo único, o simplemente con un "vete tú a saber". Resulta que viendo una película que me agrada reparo en una canción (existente previa e independientemente al film) que aparece en alguna escena particular o a lo largo del metraje en general, y que a pesar de ser de sobras conocida nunca había llamado mi atención. A partir de entonces, me gusta escuchar esa pieza, que antes no me decía nada y que me recuerda a la película que, normalmente, me ha dejado más que satisfecho.

No soy un gran entendido en música (tampoco en cine, todo hay que decirlo), pero inauguro aquí una sección en la que comentaré distintas muestras de lo que he explicado, como he podido, en el anterior párrafo.

Esta primera entrega la dedicaré al último caso en que me ha ocurrido dicho fenómeno: California Dreamin' (The Mamas & the Papas, 1956), que aparece en Chungking Express. Es ésta una curiosa película, dirigida por Wong Kar-Wai en 1994, que en su día llamó poderosamente la atención del mismísimo Quentin Tarantino. Cuenta dos historias de amor y desamor ambientadas en Hong Kong, independientes entre sí salvo por un punto común de encuentro, y totalmente diferenciadas en cuanto a estilo y narrativa. La primera trata del enamoramiento por parte de un agente de la policía secreta de una mujer implicada en truculentos negocios de narcotráfico. En la segunda, de ritmo más pausado, la enamorada es una chica que trabaja en un chiringuito de comida rápida, y él es un policía regular, con su uniforme y sus patrullas rutinarias. Cabe destacar que todos los personajes presentan un cúmulo de excentricidades sólo asumibles desde la idea estereotipada que se tiene en el mundo occidental de que "los chinos son raritos".

Es en la segunda parte de la película cuando aparece, repetida hasta la saciedad, la canción California Dreamin', favorita del personaje que interpreta la hipnótica Faye Wong. No sé si es por esta interpretación o por los toques psicodélicos y los coros de la canción, que escenas como las que muestra el vídeo me dejaron con el tema incrustado en mi conciencia durante largos días.



domingo, 25 de julio de 2010

Domingo





Un día como hoy, un domingo de verano de 1990, tenía lugar la famosa masacre de Puerto Hurraco. Para el que no la recuerde (como yo, que tenía 2 años), una larga serie de rencillas entre dos familias acabó con los hermanos Izquierdo dando forma a la cazurrez de la España profunda en su máxima expresión liándose a tiros con todo quisqui.
En 2004 se estrenó la película El 7º día, dirigida por Carlos Saura y guionizada por Ray Loriga, basada en el fatídico suceso.

Lo normal es pensar que partiendo de una base así es difícil que no salga una buena película. Y en realidad no se trata de una mala obra, pero su guión no aprovecha el enorme potencial que ofrece la historia. El principal problema, pues, reside en el guión. De todos los enfoques posibles, el autor se decanta por el más fácil y menos arriesgado, en consecuencia el menos intersante. La película sucede desde el punto de vista de una de las hijas adolescentes de la familia, digamos, víctima. Es éste un planteamiento cobarde, pues la historia es mucho menos complicada de contar desde la perspectiva de las víctimas. Donde reside el verdadero interés del espectador es en los personajes miembros de la familia agresora, desquiciados e insanos, que aquí son retratados como meros locos, con motivaciones muy simples y sin ahondar en sus relaciones interpersonales. Pero centrarse en ellos era demasiado arriesgado, debió pensar Loriga, ya que es complicado entrar en la mente de un asesino e intentar mostrar sus motivos, y más cuando el asesino es una familia entera. De haberla planteado desde este punto de vista, la película podía salir mal, claro, pero también podría haber salido muy bien, desde luego mucho mejor que el resultado final.

Si a todo esto añadimos que, personalmente, me hizo recordar en un principio a Los Santos Inocentes, obra maestra del cine español y me atrevería a decir que mundial, la impresión final no puede mejorar mucho. Las comparaciones son odiosas, sí, pero también inevitables, y el ambiente rural en que se desarrolla la película me retrotrajo automáticamente al célebre film de Mario Camus. Lo que acentúa otro de los fallos de guión: la pobre construcción de los personajes secundarios, algunos metidos con calzador para adornar la historia principal.

Sin embargo, y como conclusión, El 7º día es una película que merece la pena ver. Si uno reduce las expectativas iniciales podrá disfrutar de una historia de venganzas y amores, además de disfrutar de la bonita fotografía, sin sentirse especialmente decepcionado ni aburrido.