jueves, 30 de abril de 2009

Nui!

Hoy voy a ser poco original y voy a hablar bien(cómo no) de Muchachada Nui. Este show, heredero directo de La Hora Chanante, es uno de los mejores programas de humor que puede uno encontrar actualmente en la televisión nacional. Reconozco que en un principio no era santo de mi devoción, pero a medida que lo visiona, uno no puede evitar caer en las garras de su desquiciado sentido del humor y de su particular puesta en escena. Porque ésas son las principales bazas de las que goza este espacio dirigido por Joaquín Reyes.

En primer lugar, el sentido del humor del que hace gala mezcla extraordinariamente lo cotidiano con lo rematadamente surrealista, obteniendo así una combinación desternillante. Incluso cuando aparentemente no hay chiste en sí, el guión está tan cuidado y las interpretaciones tan logradas que pueden hacerte reír con una tontería como una casa. En cualquier momento, la dicción del mencionado Reyes, la contundencia de Ernesto Sevilla o los ojos y sonrisa iluminados de Julián López son capaces de hacerte estallar en una sonora carcajada.

Por otro lado, la estética que impregna el programa es muy curiosa. Seres con formas inimaginables sirven tanto para ilustrar la sintonía inicial como para sacarte una sonrisa en la transición entre skecthes. El logradísimo maquillaje hace que un actor pueda parecerse de forma sorprendente a cualquier famoso que exista en el mundo. Los escenarios son a cada cual más pintoresco. Incluso en ocasiones consiguen recrear al detalle la estética(así como el guión y la dirección) de géneros cinematográficos tan clásicos como los detectivescos o policíacos americanos, donde destaca la magnitud de Raúl Cimas como actor.

Otros elementos como la mezcla de lo urbano y lo rural o vídeos de animación tan rocambolescos como las aventuras de una cinta VHS pasada de moda o las de una adolescente que obedece al hombre que vive en su espejo, hacen de Muchachada Nui un programa francamente original y divertido, que a medida que uno lo ve va quedando atrapado en su singular atmósfera.

domingo, 12 de abril de 2009

Lo que queda de la vida



Lo que queda del día, dirigida por James Ivory, está ambientada en una mansión inglesa en la década de los 30 del siglo XX. Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de la historia contemporánea sabrá que en aquella época Europa entera estaba en tensión ante el auge de los fascismos y en concreto ante la llegada de Hitler al poder y el rearme de Alemania. En ese contexto, la película cuenta como el amo de la mansión en cuestión, un aristócrata inglés con mucha influencia en la política y con ideas afines a la Alemania nazi, organiza una serie de reuniones con políticos muy influyentes de las principales potencias mundiales para propiciar un acercamiento del resto del mundo hacia Alemania. Lo interesante es que vemos la historia desde los ojos del mayordomo y jefe del servicio de la casa, Stevens(magníficamente interpretado por Anthony Hopkins). Pero paralelamente a los acontecimientos políticos, la trama sigue la relación de éste con el ama de llaves, la señorita Kenton(Emma Thompson).

Stevens es un hombre que vive para su trabajo, que durante toda su vida ha perdido completamente su vida privada para dedicarse única y exclusivamente a la profesional. Muestra una capacidad inusual para retener sus sentimientos, aunque quizás se trate de una incapacidad inusual para expresarlos. Pero su vida empieza a cambiar cuando llega el ama de llaves, y durante años se van enamorando uno del otro.
Quiero hacer un paréntesis aquí para declararme un ferviente detractor de los dramas románticos, pues me suelen aburrir sobremanera. Mas no nos encontramos ante este tipo de películas, pues aquí no aparece ni una pizca de romanticismo ni momentos sensibleros.
Como decía, el mayordomo y el ama de llaves se enamoran. Lo que en otra historia puede parecer algo bonito y entrañable, en esta no se ofrece esta visión. El amor que sienten es un amor no declarado, y desde luego no deseado por parte de Stevens. La pareja(en el sentido de que son dos personas, no en el de una pareja estable) en casi ningún momento mantiene contacto físico, y las muestras de cariño del uno hacia el otro son inexistentes. Puede parecer una trama poco atractiva, y sin duda lo sería sin las magníficas interpretaciones de los actores protagonistas. Anthony Hopkins, en uno de sus mejores papeles, consigue mostrar en todo momento lo que siente el personaje con tan sólo una mirada o un silencio. Siempre serio, inmutable, siempre atento únicamente a su trabajo, pero sus ojos lo revelan todo. Incluso la más que notable actuación de su compañera de reparto empequeñece ante la soberbia de Hopkins. En la memoria de aquellos que hayan visto la película permanecerá aún la escena del libro, con toda su pasión contenida.

La película también invita a una reflexión acerca de la importancia de no dejar escapar las oportunidades, ya que uno puede llegar a arrepentirse por ello toda su vida.

miércoles, 1 de abril de 2009

OIKmentns?

Un extraño fenómeno que suele ocurrirle a mucha gente es el quedarse viendo un programa de mierda que empieza justo al terminar otro que le gusta en la misma cadena, sólo por la pereza de hacer zapping. Cada martes, después de disfrutar del genial APM? en TV3, caigo preso de este ataque de vagancia y me trago una parte del programa que ponen a continuación: OIKmentns?.

Se trata de un programilla dedicado a los adolescentes, en que se tocan temas (nunca mejor dicho) que tienen que ver con esta etapa de la vida. Un presentador y varios colaboradores dirigen el programa en un plató lleno de púberes, a los que también vemos dando su opinión sobre el tema en cuestión en grabaciones de 2 en 2, emulando el típico esquema de las parejas de niños opinando sentados en pupitres.

En un principio puede parecer una propuesta interesante, en especial para aquellos que se encuentren en esta épica etapa de la vida o los que hace muy poco que la hemos pasado, sin llegar totalmente a salir de ella. Aunque, por otra parte, es lógico esperar que los temas que se debatan sean bastante tópicos así como las intervenciones por parte de los “críos”. Pero, por una serie de errores, el resultado final es bastante frustrante.

En primer lugar, tanto el presentador como los colaboradores parecen totalmente fuera de lugar. El conductor del programa, no sé si adrede o sin quererlo, intenta patéticamente establecer una relación de complicidad con los adolescentes, pero únicamente deja patente que está desfasado y no se entera de nada. En la realidad muchos padres toman esta actitud, y el resultado provoca una mezcla de pena y risa.

Otro personaje que logra despertar cierto rechazo es un tipo conocido en Catalunya como Toni Moog, que la verdad no sé muy bien a qué se dedica o se ha dedicado. Este individuo, que en la mayoría de apariciones parece que vaya totalmente colocado, intenta acercarse (también patéticamente) a los adolescentes mediante otra actitud: la del rebelde que supera la treintena resistiéndose a madurar, intentando siempre ser el más malo de la clase. Imagino que son exigencias del guión, pero el tipo consigue sacarme de quicio.

El otro principal fallo se comete en la selección de los participantes adolescentes. Estadísticamente hablando, se puede decir que la muestra no es representativa de la población. La manera de seleccionar a los participantes es muy simple: se va a los colegios y se escoge a una serie de voluntarios. No pretendo que traigan a chavales contra su voluntad, pero el hecho de que sean voluntarios supone que pasan el “filtro” los más extrovertidos de la clase, entre los que se incluyen los listillos repelentes, los típicos “notas”. Además, el único caso que conozco de un colegio de donde hayan sacado participantes es uno de mi pueblo, un colegio privado, por lo que imagino que todos proceden de este tipo de centros. El resultado de esta selección es un plató lleno de adolescentes de varias edades, todos catalanoparlantes y con sudadera de marca. No hay ni inmigrantes(la única excepción fue uno con acento argentino), ni charnegos ni peloceniceros. No sólo eso, sinó que la mayoría de intervenciones son por parte de chavales pesados y repelentes, que intentan ser graciosos soltando gilipolleces sobre temas tan tópicos como el sexo o la fieshta. También tienen a un grupo de padres encerrados en una sala aparte, que intervienen muy poco y únicamente para decir cosas tan interesantes como “mi hijo es un vago que no se hace la cama”.


Por lo tanto, desde aquí recomiendo que no pierdan el tiempo viendo semejante porquería y se molesten en cambiar de canal, que no cuesta tanto. Un servidor, por su parte, seguirá intentándolo.